Perú Libre Programa Educativo

Vladimir Cerrón

Necesitamos una Nueva Escuela Pública y para ello planteamos:

1. Incremento del presupuesto para la educación equivalente al 10% del PBI, el mismo que fue de 485,616 M el 2020, de no tomarse esta medida todo logro será parcial, temporal o fallido. Este incremento garantizará mejor infraestructura, mejor equipamiento, aumento de sueldos para los maestros y sobre todo garantizar la gratuidad de este derecho fundamental.
2. El nuevo presupuesto debe considerar la educación en todos sus niveles inicial, primaria, secundaria, especial, superior no universitaria y superior universitaria, porque no hay un problema ajeno respecto de cada nivel, el problema de la educación es uno solo en el país.
3. El dinero debe salir directamente de la revisión de los fraudulentos contratos ley que blinda el art. 62 de la actual CP, luego renegociar el reparto de utilidades o ganancias, entre las transnacionales y el Estado peruano, haciendo que este último se adjudique como mínimo el 70% y no el 30% como hasta ahora.
4. El gas de Camisea como pan de la educación. Este recurso se le compra al Perú a 0.54 USD el millar de pies cúbicos, pero lo revenden en el extranjero entre 10-14 USD. El impuesto que actualmente pagan es 1,135 M USD y debiera ser 23,000 M USD a precio de mercado internacional; monto con el que podemos más que duplicar inmediatamente todo el presupuesto del sector educación, puesto que el monto asignado este año fiscal 2021 asciende a 9,744 M USD.
5. Programa Perú Libre de Analfabetismo. Existen 2,7 millones de analfabetos, por quienes el Estado peruano no tiene mayor interés, habitan mayoritariamente el Perú Profundo, el 84% son mujeres, todos ellos, sin excepción, viven en condiciones de explotación. Este problema debe afrontarse movilizando un promedio de 50 mil jóvenes maestros por un lapso de 3-4 años, cuya misión es la erradicación total del analfabetismo, y culminado el mismo implementar un programa post alfabetización. El costo que demanda este programa equivale a 150 M soles.
6. Nuevo Currículo Nacional, Regional y Local. Necesitamos formar ciudadanos con identidad nacional, autoestima, solidarios, dignos, íntegros y autónomos. Para construir esta herramienta debemos convocar a los estamentos docente, estudiantil y comunal, en consenso con los gobiernos regionales, municipalidades, el mismo que debe contemplar: el estudio de la historia regional; la restauración de los cursos de filosofía, economía política, geopolítica, artes y la educación física, amputados de la EBR; la educación medioambiental sostenible; la implementación de la educación tributaria, la educación empresarial, la educación turística; la investigación científica; y la enseñanza de las lenguas originarias.
7. Masificación de Escuelas de Educación Especial. Los nacidos con alteraciones físicas y psicológicas merecen una atención especial por el Estado para su educación y con ello garantizarles una mejor calidad de vida y autosostenimiento futuro. La educación debe darse a todo nivel y en todo el país, pues históricamente esta población ha sido desatendida.
8. Especializar la educación secundaria. Algunas escuelas podrán hacerlo en artes, música, deporte, técnicos, intercultural, ciencias y humanidades, etc. La nueva escuela debe identificar la vocación y capacidades de cada uno de los estudiantes para potenciarlos al máximo. Paradójicamente en el país solo se privilegió la especialización en las líneas militar y religiosa obviamente respondiendo a los intereses del status quo.
9. Universidad Estatal de Educación en cada región, garantizando de esa manera la calidad educativa y el ejercicio docente decoroso. La universidad peruana debe fusionar su formación académica con la cultura, el deporte y el trabajo manual, para contribuir a la formación integral del hombre. No debemos formar tecnócratas que no mediten al servicio de quién ponen sus servicios o al servicio de quién se ponen. Cada infraestructura cuesta un promedio de 150 M de soles y en todas las regiones demandará un costo total de 3,900 M soles.
10.  Ingreso libre a la universidad peruana. Debe ser un derecho, así como se conquistó el ingreso libre y la gratuidad de la educación básica regular. El ingreso restringido es propio de países subdesarrollados, quienes utilizan las profesiones como medio para el ascenso social, ascenso económico y explotación. El Estado neoliberal renunciando a sus obligaciones dio la libertad a los empresarios para que ellos se encarguen de la educación universitaria sin fines de lucro, cuando en realidad son universidades de lucro sin fin, exonerándolos de todo tipo de impuestos y enriqueciendo a sus propietarios, ¿a cambio de qué? De que garanticen el ejército profesional neoliberal con fines de hegemonía cultural. El ingreso libre además debe abolir las CEPRES que no son más que entidades privadas dentro de una entidad pública, cuyo fin supremo es el lucro.
11.  Sistema de Becas Universitarias Extranjeras. Nuestro país debe garantizar un número mínimo de vacantes para becarios extranjeros de pre y post grado en nuestras universidades públicas. El aporte peruano a la juventud mundial nos debe insertar en una nueva cultura, la cultura internacionalista, formando extranjeros profesionalmente y que nuestro país tenga una presencia humana y solidaria a nivel internacional.
12.  Nueva Ley Magisterial. La actual Ley de Reforma Magisterial está redactada con espíritu neoliberal orientando la educación peruana por el camino privatista y mercantilista, estableciendo una educación privilegiada de ciertos sectores sociales en detrimento de las mayorías y al despido masivo de los docentes del sector público para luego ser explotados en el sector privado.
13. Reposición a los maestros despedidos por la racionalización neoliberal. Un país con grandes necesidades en la educación no puede darse el lujo de desperdiciar recursos humanos especializados en la materia. Solamente para erradicar el analfabetismo necesitamos 50 mil maestros como mínimo.
14.  Respecto a la política educativa de CIT. Nuestro futuro como nación debe encaminarse a nuestra dependencia de los recursos infinitos (ciencia, tecnología, conocimiento e innovación) y no a la dependencia de los recursos finitos (gas, petróleo, minerías, etc.) propio de los países subdesarrollados.