Vladimir Cerrón
Cuando Lenin decía que «La revolución no se hace, sino que se organiza», atacaba el espontaneísmo y demás amenazas al Partido, las mismas que venían ensambladas unas a otras. En los partidos en que todavía sus miembros, independiente de su extracción y situación de clase, no han dado el salto cualitativo de pasar de la posición pequeño burguesa a la proletaria, es natural que vivan atrapados en esta maleza, las que finalmente terminarán minando su estructura interna, hasta lograr su extinción. Por ello no debe existir ni un solo átomo de duda para la erradicación de ellas cuando se detecten y confirmen. Para que la militancia tenga claro estos conceptos es necesario puntualizarlos:
- Apoliticismo. Neutrismo frente a coyunturas políticas álgidas.
- Sectarismo. Impedir amplitud de ideas y acciones.
- Revisionismo. Revisar ideas en busca de defectos seguidos de su magnificación.
- Ausencia de cuadros. El caudillismo conlleva a opacar los nuevos liderazgos.
- Espontaneismo. Creer que las cosas ocurrirán coyunturalmente sin crear condiciones.
- Individualismo. Priorizarse uno antes que al partido y la sociedad.
- Inorganicidad. Tomar decisiones sin respetar las jerarquías.
- Oportunismo. Abandonar principios por intereses personales.
(ASERE AEIIOU)