Lenin y Cáceres
Vladimir Cerrón
En su espectacular obra El Imperialismo, Fase Superior del Capitalismo, Lenin puntualiza cómo las colonias le significaban más rentabilidad a las metrópolis y que estas se convertían en un Estado rentista o parasitario, pero con mejor estatus de vida: «Entre 1865 y 1898, la renta nacional de Gran Bretaña aproximadamente se duplicó, mientras que los ingresos procedentes “del extranjero” se multiplicaron por nueve«.
Esta fecha coincide con la Guerra del Pacífico (1881) y el Contrato Grace (1888) firmado por Andrés Avelino Cáceres, quien entregó por 66 años a los financistas de Chile. Antiguamente, la potencia económica de los estados se medía por la extensión de línea ferrocarrilera bajo su control, en su país y en sus colonias.
En el Contrato Grace, el Brujo de los Andes, entregó a Gran Bretaña, específicamente a Inglaterra, los ferrocarriles: Mollendo-Arequipa-Puno-Juliaca-Santa Rosa, Pisco-Ica, Callao-Chincha, Lima-Ancón, Chimbote-Suchimán, Pacasmayo-Guadalupe, Salaverry-Trujillo-Ascope, Paita-Piura y Callao-Lima-Chosica. Asimismo, las concesiones de guano de isla. La navegación del lago Titicaca. Los muelles: Mollendo, Pisco, Ancón, Chimbote, Pacasmayo, Salaverry y Paita.
El Perú pagó en demasía, como lo dijo el presidente Guillermo Billinghurst, en su informe en el Congreso el año 1913, pues el valor de los bonos de la deuda externa solo llegaba a la cifra de 2.368.832 de libras esterlinas y se pagó 18.204.628 libras.
No debemos juzgar a Cáceres porque finalmente, él era un terrateniente, de posición de clase oligarca, que solo utilizó la Campaña de la Breña, como campaña política para llegar a la presidencia, el resto es retórica, nada más.