El Portal Manifiesto de clara tendencia aprista, el 6 de agosto del 2019, publica su editorial en la pluma de su director, Víctor Andrés Ponce, quien no podía ser ajeno a este hecho sin precedentes y resalta que la principal causal política por lo que se sentenciaron a Vladimir Cerrón:
“Sentencia de Cerrón: devastador golpe al antisistema. Era considerado el enlace con Venezuela y países bolivarianos. La condena de Vladimir Cerrón – gobernador regional de Junín – por cuatro años y ocho meses de prisión efectiva, por el delito contra la administración pública en la modalidad de negociación incompatible, la inhabilitación en el cargo y la reparación civil de S/ 850,000 exigida, representan un golpe letal a la posibilidad de la unidad y la convergencia de todas las fuerzas antisistema y anticapitalistas en el Perú. ¿Por qué? Cerrón se había convertido en el enlace directo con Venezuela, un país bolivariano que – al margen de su devastadora crisis económica – todavía sigue apoyando a las iniciativas comunistas y colectivistas en la región. Una muestra. A fines de enero pasado se desarrolló en Huancayo un evento nacional en el que participaron los partidos Nuevo Perú (de Verónika Mendoza y Marisa Glave) MAS (de Gregorio Santos), Frente de Integración Regional Moquegua Emprendedora (FIRME, de Zenón Cuevas, gobernador de Moquegua) y el propio Perú Libre (de Vladimir Cerrón). Este evento, en el que se suscribió el “Acuerdo de Huancayo” fue animado, auspiciado y convocado por el propio Cerrón. ¿De dónde le venía la capacidad de convocatoria? No se necesita ser demasiado zahorí para entender que todos los participantes buscaban ser bendecidos por el menguante apoyo venezolano. La condena de Cerrón resulta, por ello, un golpe devastador contra las unidades y convergencias del radicalismo. Cerrón era la energía de este proceso, pero su participación irregular en el proyecto de Mejoramiento de Agua Potable de la Oroya, durante su pasada gestión regional, simplemente lo condena, según el Poder Judicial. Y hablamos de golpe devastador porque el mismo efecto se producirá en la posibilidad de unir a los gobernadores de Puno, Walter Aduviri; de Arequipa, Elmer Cáceres; y de Moquegua, Zenón Cuevas, quienes no se pueden ver ni en pinturas por los celos y las soberbias que desatan los cacicazgos y caudillajes regionales. Cerrón era la fuerza de la unidad, era la voz que hablaba de las urgencias de acciones comunes para desarrollar una estrategia de “bolivianización” del sur del Perú; una estrategia que no solo impusiera el lenguaje de las turbas y la violencia sobre la Constitución, la ley y las instituciones republicanas, sino que también fomentaba la presencia de Bolivia y el desarrollo de la estrategia de Evo Morales en el sur del Perú. En este contexto, todo indica, por ejemplo, que Cáceres Llica comienza a quedarse solo en su estrategia de hacer arder Arequipa para comenzar a incendiar el sur del territorio. Ni Aduviri ni Cuevas parecen notificados de las acciones de violencia que desarrollan las minorías radicalizadas en contra del proyecto Tía María y las demás inversiones mineras del llamado Corredor Minero del Sur. Semejantes acontecimientos se suceden en medio de la irresponsabilidad y frivolidad del presidente Vizcarra, quien ha empujado a la República a una crisis sin retorno con su propuesta de adelantar las elecciones generales. El radicalismo en el sur, la violencia de las minorías expresada en bloqueos de carreteras, puentes y ataques a las propiedades pública y privada, prospera ante el debilitamiento general de la autoridad del Estado democrático por la guerra Ejecutivo versus Legislativo. Felizmente, la mayoría silenciosa arequipeña comienza a organizarse y empieza a hacer escuchar su voz. En los próximos días diversos colectivos ciudadanos se expresarán en contra de una huelga que ya acumula US$ 300 millones en pérdidas. Los empresarios, trabajadores, transportistas y emprendedores, comienzan a reaccionar en contra de la violencia de las minorías. Por su lado, el Ejecutivo hizo bien en autorizar la intervención de las Fuerzas Armadas en el resguardo del Puerto de Matarani, terminal por el que se exporta más del 50% del cobre nacional. En otras palabras, la asonada en Arequipa comienza a desinflarse. En este contexto, la noticia de la sentencia en contra de Cerrón simplemente desarma cualquier posibilidad de que los extremismos logren organizar una plataforma y una acción unitaria. En otras palabras, otra vez el azar parece acudir en defensa del modelo político y económico. ¿Hasta cuándo nos favorecerá, como se dice, la providencia?”.