Vladimir Cerrón (*)
Sabemos que la intensión de construir la unidad de izquierda no será un hecho ajeno a las complejidades, como nos lo han demostrado todas estas décadas de hipócritas intenciones, que terminaron por dispersarnos más.
Sucede que un proceso de nivel social, como éste, es más complejo ordenarlo que una organización genética, metabólica, neural o psíquica consciente. Con esta conclusión neurocientífica, quiero ultimar que no debemos sorprendernos de las dificultades que encontraremos en esta cascada política.
Sobre todo, en la izquierda y sus militantes está la expresión de la más alta ley dialéctica, la contradicción, pero quien no aprende a manejarla sucumbe en el camino a la cima.
La contradicción está en la bioquímica del verdadero izquierdista, puesto que para aceptar algo primero discute, después converge y si es posible supera con una síntesis que será de la simpatía mayoritaria, nunca unánime.
Este proceso que convoca la izquierda provinciana, debe tener presente la premisa anterior, porque si no fuera así, estaríamos cayendo en la apología de los elementos, como el sectarismo, que amenazan a cualquier organización.
El hecho que hagan un comentario de algo que está pendiente de explicar por el propio actor, no es un tema de divergencia insalvable, por el contrario, es una oportunidad para esclarecer el fenómeno y poner punto final a las vacilaciones, pero todo a su debido momento y espacio. Es decir, tratar correctamente las contradicciones en el seno del pueblo, teniendo en cuenta que no son contradicciones antagónicas, sino superables.
Sobre qué, estarían entonces las columnas de la unidad, si no es sobre el cimiento del esclarecimiento de las dudas que albergamos cada uno de nosotros, respecto de los demás miembros. A nosotros nos gustaría, por ejemplo, explicar las dudas que tienen sobre nuestra postura y acción ideológica, política o programática, en el partido o el gobierno.
Pero en esta jornada, venimos a cohesionar intenciones políticas, venimos a repotenciarnos, después de una larga dispersión, que no merece la conspiración de las subjetividades
Justamente en un plano de unidad las diversas tendencias de izquierda deben ser más asertivas y mesuradas en sus opiniones respectos de los pares, porque de no ser así habremos pasado a la orilla de los tontos útiles de la derecha, de aquellos que hablaba Lenin.
Que la unidad avance a la luz de las polémicas, compromisos y cumplimiento de tareas, mientras apuntalamos nuestra atrevida estrategia para llegar al poder.
(*) Secretario General Partido Político Nacional Perú Libre.