Vladimir Cerrón (15.01.18) Planteamos que el mayor problema de la izquierda peruana no radica en la unidad, sino en la organización de un partido o en su defecto un frente. Construir un partido con militancia consciente y mayoritaria es una tarea compleja, pero unificar las fuerzas ya construidas es menos compleja. Nuestro ideario manifiesta que para que la izquierda logre espacios de poder es imprescindible la conformación de un frente, constituyéndose en nuestra principal y actual necesidad. La casualidad que ha precipitado dar viabilidad a resolver esta principal necesidad es la crisis que golpea mortalmente a los gobiernos y partidos de la derecha peruana, conllevando a la obligada confluencia de izquierda. Los casos de corrupción, incompetencia gubernamental y apología por la impunidad conducen, en hora buena, a la forja de una izquierda que retome su papel de conductor social. Para Perú Libre la problemática actual pasa por el fortalecimiento de cada una de nuestras organizaciones primigenias e ir en el corto y mediano plazo a la unidad monolítica. Esta premisa se deduce puesto que, hasta ahora hemos organizado la izquierda provinciana cada uno por su lado, en el norte, centro y sur del país, cada quien con su propia estructura, su propio estilo, su propio esfuerzo y economía, estando ahora aptos para ir por la unidad. El espacio del frente, no implica abdicar principios partidarios de cada confluente, sino tregua a las discrepancias y fortalecimiento de puntos y objetivos en común. Implica facilitarnos todos los caminos a lograr el fin estratégico, si ésta realmente expresa la voluntad popular. Es el zig-zag del que hablaba Lenin. El liderazgo del frente se construirá tras la polémica alturada, el sólido sustento de cada postura, el respeto a la organización, el respeto a las discrepancias, la capacidad de despliegue, la proporcionalidad representativa y el cumplimiento de las tareas asignadas. Tal vez esta última, sea el elemento dirimente más importante. Para lograr la consolidación del frente es importante romper los sectarismos en cada organización componente, implica analizar militantes indisciplinados, que indudablemente existen directamente proporcional a la inmadurez del partido, porque los sectarios están siempre ligados al oportunismo, quienes deducen que a mayor unidad mayor posibilidad de perder el terreno ganado dentro de cada organización.
