Vladimir Cerrón (*)
CAPÍTULO XIV DESCENTRALIZACIÓN Y DERECHOS POLÍTICOS
Ha sido relativamente fácil la descentralización de algunos sectores por parte del gobierno central hacia los gobiernos regionales, pero a lo que nunca estarán dispuestos es dar paso a la descentralización del poder económico y sobre todo, político. Pero, contradictoriamente, mientras el centralismo quiere afianzarse más, surgen nuevos líderes al interior del país, pese a haber eliminado la reelección de gobernadores regionales y alcaldes con el claro fin de evitar el fortalecimiento de sus liderazgos al interior del país, capaces de dar el salto a la escena nacional. El Partido Político Nacional Perú Libre, antes movimiento regional, emprendió una larga y ardua lucha, que duró 4 años y medio, para lograr su inscripción y competir en las elecciones nacionales 2016 como referente de la izquierda del Perú Profundo. Las experiencias del gobierno regional conducidas por el partido, sirvieron para elaborar un programa con mayor criterio frente al de los partidos centralistas que poco o nada saben de la descentralización. Muchos gobiernos regionales demostraron logros que indudablemente, en un gobierno nacional descentralista, serán de vital ayuda para resolver nuestros problemas nacionales a partir de su experiencia. Un cuestionamiento frecuente que le hacen a nuestro partido es, ¿qué los diferencia de los demás partidos de izquierda en el Perú? A esta interrogante respondemos que somos, en primer lugar, un partido nacido y forjado en el interior del país, no somos producto de un laboratorio limeño; que conocemos mejor las demandas del proceso de descentralización; que creemos en la renovación de las ideas y de los líderes; que no contamos con la colaboración de la concentración monopólica de los medios de comunicación; que no somos financiados por ONGs, las mismas que condicionan políticas de gobierno y de Estado una vez logrado el poder. Perú Libre es un partido provinciano de izquierda nacido en Huancayo, que no se hace problemas en denominarse de izquierda socialista, propone desmontar el neoliberalismo en el Perú, nacionalizar los recursos estratégicos, revisar los nocivos tratados internacionales y defender los procesos revolucionarios de Latinoamérica. Estas propuestas antisistema han dispuesto que el JNE dilate su reconocimiento y con ello impedir la inscripción en tiempo prudencial de su candidato presidencial. Privilegios del centralismo político Un viejo dicho reza: hecha la ley, hecha la trampa, asimismo ocurre con la descentralización en cuanto a los derechos políticos. Pongamos un ejemplo simple, el Congreso de la República no es más que un ente altamente centralista del Estado que, abusando de su estatus legislativo, crea leyes a medida de su propio beneficio. Aquí la ley del embudo funciona de manera impune, reservándose los siguientes privilegios a diferencia de los otros entes gubernamentales nacionales y subnacionales a quienes les restringen todo.
- Inmunidad parlamentaria. Ningún congresista puede ser detenido bajo ningún criterio.
- Antejuicio político. No pueden ser denunciados, procesados o sentenciados sin previa autorización del Parlamento.
- Presupuesto participativo. El Congreso no consensúa con el pueblo para el desempeño de sus labores.
- Los congresistas no se someten a este proceso de consulta popular.
- Seguro de vida. No hacen uso de EsSalud, poseen seguros particulares, hasta en el extranjero, de carácter permanente.
- Reelección. Únicas autoridades que pueden reelegirse, ningún otro puede hacerlo.
- Son los únicos a quienes no se le exige licencia sin goce cuando postulan a la reelección u otros cargos políticos públicos. Hacen campaña con goce de haberes.
Muchos de los hoy actuales congresistas han sido postulantes a la presidencia del gobierno regional en sus respectivas regiones, fracasando en el intento, así, el Congreso se convirtió en una suerte de reciclador de presidentes regionales frustrados. Este simple fenómeno dificulta la descentralización en el país, al convertirse los congresistas en los principales enemigos de los gobernadores regionales por viejas rencillas políticas, empeñándose en ver cómo interfieren en las iniciativas regionales para bloquearlas. La mayoría de los congresistas se desconectan de la realidad de sus regiones al radicar en Lima, por ende, no conocen sus necesidades y aspiraciones, otros se aculturizan, siendo todo esto nefasto para el avance descentralizador. El caso típico en Junín ocurrió con el congresista Johnny Cárdenas Cerrón, quien logró ser presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta General de la República en el 2014, privilegio que solamente han tenido dos parlamentarios de Junín en toda su existencia, sin embargo, como consecuencia de su desidia, falta de identidad y pusilanimidad durante ese ejercicio fiscal, nuestro departamento recibió 250 millones de nuevos soles menos de presupuesto, afectando las aspiraciones a todo nivel. Ley de Partidos Políticos El último proceso electoral general 2016 demostró el carácter altamente centralista de la Ley de Partidos Políticos N° 28094, permitiendo que un partido que en realidad obtuvo solo el 25% de respaldo logre colocar 73 congresistas de los 130. Impuso una valla electoral altísima, así regiones en la que un partido ganó arrasadoramente, por no pasar la valla electoral nacional, no pueden colocar ni un solo congresista de la República en su representación. Esta ley atenta contra la representación legítima de las regiones, porque obliga a sus pobladores que aspiraran a ser representantes nacionales, a militar en un partido político de carácter nacional cuyos fines y objetivos generalmente son centralistas respondiendo a su génesis capitalina. Se necesita una nueva ley de partidos políticos en el país, caso contrario, al cerrarles el paso a los representantes legítimos en supuesta democracia, podría crear fenómenos insurgentes del cual el país ya tiene nefastas experiencias. Crisis de la izquierda peruana 2016 La irrupción de la izquierda provinciana (más fresca y menos contaminada) en la capital ha mostrado la verdadera naturaleza de la conservadora izquierda capitalina, quien pretende, una vez más, la representación nacional por antonomasia. El Frente Amplio (FA), que en realidad no es un frente, sino el partido cuyo antiguo nombre fue Tierra y Libertad, no fue lo suficientemente inteligente para integrar a la izquierda provinciana, dando lugar a frentes innecesarios. Su financiamiento por ONGs de USAID, la intromisión del NDI -brazo de la CIA- en sus elecciones internas, el voto a favor del ingreso de tropas norteamericanas al Perú, la posición anti-Venezuela y anti-Cuba, entre otras, lo alejan indiscutiblemente del flanco izquierdo de la política peruana. Debo añadir que jamás escuché un deslinde de sus dirigentes, líderes y candidatos con el imperialismo norteamericano. El FA recibió un apoyo a todas luces del diario La República, cuyo dueño es Gustavo Mohme Seminario, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, institución encargada del desprestigio mediático de los gobiernos revolucionarios de Latinoamérica según el presidente ecuatoriano Rafael Correa. Además, contó con el apoyo mediático de quienes concentran los medios en el país. Una ayuda menos cuestionada es la de César Lévano, director del diario UNO, quien no pudo haber expuesto mejor su sectarismo y parcialización unilateral con la candidatura del FA, sumándose a invisibilizar la potencialidad de la izquierda provinciana y con sus titulares coadyuvó a emborrachar al FA logrando que la soberbia los consuma y ninguneen a los demás partidos de izquierda sin calcular sus consecuencias, que lo llevó a restarse apoyo y no pasar a la segunda vuelta porque indudablemente se disputaron el mismo espacio electoral. Algo que la izquierda peruana tiene que reconocer es que los liderazgos no son un patrimonio exclusivo de la capital, pruebas al canto son la importante presencia de la izquierda en regiones como Cajamarca, Junín y Puno, que se ha ido tejiendo con el devenir de los años y la atrevida difusión de sus principios en zonas anteriormente consideradas como rojas donde hablar de izquierda era reprimido desde el simple insulto hasta la ejecución extrajudicial. Hacer la izquierda en estas circunstancias es mucho más loable que hacerlo desde las cómodas residencias de la capital. Democracia Directa (DD) es otro de los partidos que postuló al líder cajamarquino de la izquierda, Gregorio Santos. Al partido no se le puede reprochar cuestionamientos ideológicos porque nunca tuvo definiciones al respecto en sus documentos, pero conocedores de antemano que Santos perdería las elecciones para Presidente de la República, quienes iban a cosechar los frutos más cercanos eran los dirigentes de DD, los mismos antiguos dirigentes del FONAVI, Santos era solo una circunstancia coyuntural. La participación de esta candidatura definitivamente coadyuvó al debilitamiento del FA para que no pase a la segunda vuelta, pese a que ambos se beneficiaron del retiro de la candidatura de nuestro partido. (*) Fragmentos del libro Descentralización, Revolución de Estos Tiempos.