Para algunos con sorpresa y para otros no, iniciamos este 10 de junio nuestra primera Escuela Política en la ciudad de Lima, analizando un documento escrito hace 169 años y que puede darles escozor a algunos influenciados por la satanización al socialismo. Aquí el análisis al Manifiesto Comunista en 34 puntos resumidos:
- El documento ha sido elaborado por autores de extracción y situación de clase distinta al proletariado y el campesinado, lo que implica que independientemente de la génesis y la situación de cada uno de los componentes de la sociedad, se puede adoptar una posición en favor de las clases más necesitadas, pues no es condición insalvable pertenecer a estas.
- Que, cuando todas las fuerzas enemigas atacan al unísono a una corriente o partido, es porque tácitamente la han reconocido como una fuerza política. Evidencia la convivencia del poder económico, religioso, policíaco, militar regular e irregular contra la nueva corriente del comunismo.
- Reconoce como motor del desarrollo humano la lucha de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre. Expone que lejos de la fricción física la lucha es permanente unas veces franca y otras subliminales.
- El capitalismo o neoliberalismo como modo de producción superior al esclavismo y feudalismo no ha logrado eliminar las clases antagónicas, sino ha parido una nueva clase, el proletariado que solo tiene la fuerza de trabajo como garantía de sobrevivencia.
- No se puede negar el papel histórico revolucionario que representa la burguesía sobre las cenizas del feudalismo. Liquida las instituciones feudales e instaura la dictadura del dinero contante y sonante.
- Echa por encima el santo temor de Dios, la devoción mística y piadosa. Despojó de su halo de santidad a todo lo que antes se tenía por venerable. Son en realidad los primeros ateos y ahora utilizan la religión para someter, sin embargo, osan criticar a los comunistas de serlos.
- El documento explica con claridad que no hay verdades ni ídolos eternos, pues con los acontecimientos sociales, económicos y políticos, también cambia el espíritu de las sociedades y del hombre.
- La burguesía enterró la dignidad personal, convirtiendo en sus servidores asalariados al médico, al jurista, al poeta, al sacerdote, al hombre de ciencia. Así también desgarró los velos emotivos y sentimentales que envolvían la familia y puso al desnudo la realidad económica de las relaciones familiares.
- Hasta que ella no lo reveló no supimos cuánto podía dar el trabajo del hombre. Un descubrimiento trascendente. La burguesía produjo maravillas mundiales mayores a las siete que conocemos y ha dado cima a empresas mucho más grandiosas que las cruzadas.
- Pero también echó por tierra el mercado local y nacional. Se impuso el mercado internacional y las naciones están condenadas a los vínculos de interdependencia.
- La burguesía aglutina los medios de producción, la propiedad y los habitantes, y centraliza los medios de producción y concentra en manos de unos cuantos la propiedad. Este proceso tiene que conducir, por fuerza lógica, a un régimen de centralización política.
- La burguesía dio dos opciones a todas las naciones del mundo: abrazar su régimen de producción o perecer. Los obligó a implantar en su propio seno la llamada civilización, es decir, a hacerse burguesas. Creó un mundo hecho a su imagen y semejanza. Sometió el campo al imperio de la ciudad, creó ciudades enormes, intensificó la población urbana en una fuerte proporción respecto a la campesina, sometió pueblos campesinos a los pueblos burgueses, el Oriente al Occidente.
- Posteriormente la crisis del capitalismo se da por la superproducción y solo tiene dos caminos para resolverla para salvaguardar el capital de empresariado burgués: destruyendo violentamente una gran masa de fuerzas productivas o conquistándose nuevos mercados, sin estas alternativas está condenada a desaparecer.
- La clase obrera moderna solo puede vivir encontrando trabajo y solo encuentra trabajo en la medida que éste incremento el capital de su amo. El obrero está obligado a venderse en trozos, trabajando en varios lugares, llevando migajas, como cualquier mercancía sujeto a los cambios y fluctuaciones del mercado.
- Los trabajadores son sometidos a una organización y disciplina militar. Hay horario de entrada pero no de salida. Llega un momento en que el trabajo manual se hace común y requiere menos habilidad y es ahí donde empiezan a tallar la explotación de la fuerza femenina y del niño, con menores salarios, que termina desplazando al hombre. Ya no rigen para la clase obrera diferencias de edad y de sexo, todos pasan a ser meros instrumentos de trabajo, entre los cuales la única diferencia es el coste.
- Cuando la explotación del obrero por el amo ha dado su fruto y recibe su salario, caen sobre él otros usureros pequeños burgueses: el casero, el tendero, el prestamista, etc.
- Hay un momento en que el obrero es utilizado por sus amos para contrarrestar a otros obreros, destruyendo las mercancías ajenas que les hacen la competencia, destrozan las máquinas, pegan fuego a las fábricas, etc. La competencia hacen más inseguro el salario obrero por lo que estos comienzan a unirse contra la burguesía en defensa de sus salarios, creando sindicatos para futuras batallas. Aquí se demuestra la incapacidad de la burguesía para seguir gobernando la sociedad, porque es incapaz de garantizar a sus esclavos la existencia ni aun dentro de su esclavitud.
- Las propuestas comunistas no son ideas descubiertos por ningún redentor de la humanidad, son expresión de las condiciones materiales de una lucha de clases real y vivida, de un movimiento histórico que se desarrolla a vista de todos.
- La abolición de la propiedad privada no es ninguna característica peculiar del comunismo. Las condiciones del régimen de la propiedad están sujetas a cambios históricos. La Revolución francesa abolió la propiedad feudal para instaurar sobre sus ruinas la propiedad burguesa. Lo que caracteriza al comunismo no es la abolición de la propiedad, sino la abolición del régimen de propiedad burgués, expresión última y acabada de producción y apropiación de lo producido que reposa sobre la explotación de unos hombres por otros. Si defiende la propiedad social.
- Se reprocha al socialismo querer destruir la propiedad personal bien adquirida, fruto del trabajo y esfuerzo humano, propiedad base de la libertad y garantía de independencia. Preguntan los autores: ¿Os referís acaso a la propiedad del humilde artesano, del pequeño labriego, precedente histórico de la propiedad burguesa? No, Acá no necesitamos destruirla; el desarrollo de la industria lo ha hecho ya y lo está haciendo a todas horas.
- De lo antedicho, en nuestros tiempos podemos afirmar que el socialismo no va a expropiar los bienes y propiedades del micro, pequeñas y medianas empresas, puesto que el dumping internacional lo está extinguiendo apoderándose del mercado que con esfuerzo ellos crearon. Precisan claro: «El bajo precio de sus mercancías es la artillería pesada con la que derrumba todas las murallas de la China, con la que obliga a capitular a las tribus bárbaras más ariscas en su odio contra el extranjero». Los socialistas, aparte que no es el interés, no tendrán ni tiempo de hacerlo.
- Continúan: ¿O querais referimos a la moderna propiedad privada de la burguesa?, ¿es que el trabajo asalariado, el trabajo de proletario, le rinde propiedad? No, ni mucho menos. Lo que rinde es capital, esa forma de propiedad que se nutre de la explotación del trabajo asalariado. Se expropiará el capital y no la propiedad, entendido así: la explotación no genera propiedad, sino capital, una nueva forma de «propiedad».
- El capital es un producto colectivo y abarca la actividad común de todos los individuos de la sociedad. El capital no es, pues, un patrimonio personal, sino una potencia social. Aspiramos a convertir el capital en propiedad colectiva, común a todos los miembros de la sociedad, no aspiramos a convertir en colectiva una riqueza personal.
- Marx: ¿Os aterrais de que queramos abolir la propiedad privada? En el neoliberalismo la propiedad privada ya está¡ abolida para nueve décimas partes de la población. Querer destruir un régimen de propiedad que tiene por necesaria condición el despojo a la inmensa mayoría de la sociedad, es simplemente ilógico.
- Se arguye que, abolida la propiedad privada, cesará toda actividad y reinará la indolencia universal. Si esto fuera así, ya se hubiera dado porque es la esencia de la burguesía.
- Las objeciones formuladas los comunistas de apropiación material, se extienden a la producción y apropiación espiritual. Saben que sin cultura, la inmensa mayoría de la sociedad seguirá siendo presa de la explotación y la «cultura» creada por ellos es la que resigna al obrero ser el apéndice de la máquina. Por ello la necesidad de abolir los cursos de ciencias sociales de la universidad y los colegios.
- La burguesía nos explica como un favor a la humanidad el haber logrado hacer perecer la propiedad antigua, la propiedad feudal; pero lo que no quieren es explicar cómo debe desaparecerse la propiedad burguesa.
- La burguesía dice que los socialistas desaparecerán la familia. Veamos: ¿en qué se funda la familia burguesa? en el capital, en el lucro privado. Solo la burguesía tiene una familia, en el pleno sentido de la palabra y encuentra su complemento en la carencia forzosa de relaciones familiares de los proletarios y en la pública prostitución. Por tanto, es natural que ese tipo de familia burguesa desaparezca al desaparecer su complemento, y que una y otra dejen de existir al dejar de existir el capital, que le sirve de base.
- Al cambiar las condiciones de vida, las relaciones sociales, la existencia social del hombre, cambian también sus ideas, sus opiniones y sus conceptos, su conciencia, en una palabra. Cuando el mundo antiguo estaba a punto de desaparecer, las religiones antiguas fueron vencidas y suplantadas por el cristianismo. El cristianismo luego sucumbía ante el racionalismo.
- Marx y Engels: decís, que pretendemos destruir la intimidad de la familia, suplantando la educación doméstica por la social. ¿Acaso vuestra propia educación no está también influida por la sociedad, por las condiciones sociales en que se desarrolla, por la intromisión más o menos directa en ella de la sociedad a través de la escuela, etc.? No son precisamente los comunistas los que inventan esa intromisión en la educación; la burguesía también se entromete en la educación pública como influencia de la clase dominante.
- Se nos dirá que las ideas religiosas, morales, filosóficas, políticas, jurídicas, etc., aunque sufran alteraciones a lo largo de la historia, llevan siempre un fondo de perennidad, y que por debajo de esos cambios siempre ha habido una religión, una moral, una filosofía, una política y un derecho. Se seguirá arguyendo, existen verdades eternas, como la libertad, la justicia, etc., comunes a todas las sociedades y todas las etapas de progreso de la sociedad. Pues bien, el comunismo viene a destruir estas verdades eternas, la moral, la religión, etc., y demostrar que en el mundo nada es eterno, todo perece.
- Cualquiera que sea la forma y el tiempo, la explotación de una parte de la sociedad por la otra es un hecho común a todas las épocas incluyendo la neoliberal. La revolución comunista al romper el régimen tradicional de la propiedad, se ve obligado a romper también con las ideas tradicionales.
- El socialismo burgués pretende ahuyentar a la clase obrera de todo movimiento revolucionario haciéndole ver que lo que a ella le interesa son simplemente determinadas mejoras en las condiciones materiales, económicas, de su vida, llevándola a nivel de sindicato y alejándola del nivel de partido. Se cuida de no incluir entre los cambios que afectan las «condiciones materiales de vida» la abolición del régimen burgués de producción, que solo puede alcanzarse por la vía revolucionaria. Refieren ser conciliables con el actual régimen de producción y que, por tanto, no tocan para nada a las relaciones entre el capital y el trabajo asalariado. Hablan por mejorar las condiciones de vida, incluso el de los acomodados.
- El cristianismo es una corriente conciliadora, ofreciendo el paraíso, lejos de ser revolucionaria. Por el contrario, quienes plantearon la lucha de clases, fueron Cayo y Tiberio Graco o el mismo Espartaco, primeros revolucionarios que el mundo registra.