La madre al crear la nueva vida da un salto cualitativo que perpetúa la humanidad. Un análisis neurocientífico.
Vladimir Cerrón
Es la madre que al crear la nueva vida da el salto cualitativo que perpetúa la humanidad, pese a que este fenómeno incluya un deterioro cuantitativo que afecte su belleza física y ponga en riesgo su propia vida. Así, el hijo desde su concepción intrauterina, mantiene una relación indisoluble con la madre, producto de compartir la misma sangre, la nueva carga genética, el mismo metabolismo y la misma información neural.
El hijo hereda y adquiere información psíquica inconsciente y al cabo de dos meses la información psíquica consciente, puesto que después de este tiempo comienza a hacer actos intencionados. A los dos meses aparece la sonrisa social, dando lugar a un nuevo tipo de información, la misma que describiremos líneas abajo. Hasta aquí el esfuerzo materno es relativamente inconsciente.
Existe un nivel de información más complejo y ésta es la información social, la más alta en el ser humano, aquella que viene del mundo externo, Internet, medios de comunicación, educación escolar, convivencia social, viajes, deporte, espacios complejos, etc., y que es capaz en sentido «inverso» de modificar la información adquirida hasta el nivel genético, de ahí el postulado que «el hombre es tan social, como tan genético», pues toda experiencia social modificará sus genes.
La información social es trasmitida al hijo previa evaluación, radicando ahí la consciente y alta tarea materna, comportándose como el escudo o la primera barrera que tamiza la buena, mediocre o mala información social que la vida les presenta. La madre evalúa y pasa por un filtro hasta la red neuronal del hijo, generando en cada evento una nueva sinapsis en la red cerebral de su prole, que garantice un mejor aprovechamiento de la información social transmitida madre-hijo, buena o mala, dependiendo de ello la forja de valores, principios, metas, capacidad de adaptación o resiliencia del nuevo ser.
La información a veces puede tornarse en una amenaza en dependencia del nivel cultural, social, económico, religioso y sobreprotector del receptor, que indudablemente imprimirá la madre más que el padre. La información social aceptada modificará indiscutiblemente la información genética del hijo, ahí radica la importancia trascendente e insustituible de la madre, la gran educadora, la gran responsable de la tarea histórica para con la humanidad, así, de la madre luchadora es más probable que el hijo sea luchador, de la madre sumisa es más probable que el hijo sea sumiso, aunque no es una condición definitiva, porque finalmente es el medio sociocultural quien forja le personalidad de cada uno y de cada sociedad.
¡Feliz Día de la Madre! a todas las mujeres luchadoras que han hecho de este mundo un espacio más decoroso para la humanidad, nuestro saludo revolucionario y nuestro compromiso de crear mejores condiciones de vida para las presentes y futuras generaciones.