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Efectos del bloqueo de EE. UU. contra Cuba

Efectos del bloqueo de EE. UU. contra Cuba

Vladimir Cerrón

El bloqueo a Cuba por los EE. UU. se da en todos los planos, no hay una sola arista que quede libre de esta trama. El objetivo es rendir a la Cuba socialista, porque el imperialismo lo considera un mal ejemplo en Latinoamérica.

Si a Cuba le iría bien con su sistema económico social sería un modelo inobjetable de prosperidad, estimulando a muchos países tercermundistas a tomar el camino de su liberación, como lo ocurrido en Nicaragua y Venezuela, además de otros países en otros continentes.

Estas revoluciones atentan contra el poder de los EE. UU., quien ejercía hasta ese entonces un dominio total sobre nuestro continente a tal punto de referirse a Latinoamérica como su “zona no negociable” o “parte de su identidad nacional”, en otras palabras, su colonia.

EE. UU. intentó derrocar militarmente a la Revolución Cubana con una invasión aérea, marítima y de infantería en el año 1961, utilizando mercenarios cubanos, pero fracasó. Esto conllevó que Cuba se aliara con la URSS, lo que terminó por amenazar a EE. UU. con una guerra nuclear.

Desde aquel entonces el imperialismo cambió de táctica y decidió emplear el lawfare o guerra jurídica contra Cuba, emitiendo una serie de leyes que afectan los intereses económicos, financieros, comerciales, energéticos, sanitarios, alimenticios, diplomáticos, etc., a lo que ellos denominan embargo económico, pero que en realidad se trata de un bloqueo.

El 3 de febrero del 1962, John F. Kennedy ordena el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba y su aislamiento político internacional. Desde aquel entonces, las principales leyes que permiten la continuidad del bloqueo son:

  1. Ley de Comercio con el Enemigo (1917), promulgada como medida de guerra para restringir el comercio con naciones consideradas hostiles, en cuya ley se basan las primeras regulaciones del bloqueo contra Cuba de 1962.
  2. Ley de Asistencia Exterior (1961), que autoriza al presidente establecer y mantener “un embargo total sobre el comercio entre los EE. UU. y Cuba”.
  3. Ley de Administración de las Exportaciones (1979), otorga al presidente la autoridad para controlar las exportaciones y reexportaciones de bienes y tecnología y de aquellas que se consideran en detrimento de la seguridad nacional de los EE. UU.
  4. Ley para la Democracia Cubana (1992), o “Ley Torricelli”, firmada por el presidente Bush padre, reforzando las medidas económicas contra Cuba. Brindó sustento normativo a la extraterritorialidad del bloqueo. Prohíbe a las compañías subsidiarias norteamericanas en terceros países realizar transacciones con Cuba y la entrada a territorio norteamericano por 180 días, de los barcos de terceros países que hubieran tocado puertos cubanos.
  5. Ley Para la Solidaridad Democrática y la Libertad Cubana (1996), o “Ley Helms-Burton”, aprobada por el presidente Clinton. Obstaculiza y desestimula la inversión extranjera. Codificó las disposiciones del bloqueo, limitó las prerrogativas del presidente para suspender esta política y amplió el alcance extraterritorial de la misma. Denegó la entrada a los EE. UU. de los directivos de empresas extranjeras (y familiares) que invirtieran en propiedades “confiscadas” en Cuba y estableció la posibilidad de presentar demandas en su contra en los tribunales de los EE. UU.
  6. Regulaciones de Administración de las Exportaciones. Regula las excepciones a la Ley de Administración de las Exportaciones, o las que se autorizan mediante licencias emitidas por el Buró de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio. Está amparada en la Ley de Comercio con el Enemigo y en la Ley de Administración de las Exportaciones.

El objetivo que tiene EE. UU. no es solamente económico, sino político. Tienen como meta someter a Cuba a las más grandes necesidades con el fin de que el pueblo se desmoralice de la Revolución, logrando su condena y su reversibilidad. Este mensaje se extiende a otras latitudes, enviando un escarmiento a toda sociedad colonial que intente su soberanía respecto a sus metrópolis. 

Contra Cuba se ha legislado muchas leyes en el Parlamento norteamericano, pero no han logrado rendir a la Revolución en 64 años, por lo que cada vez el bloqueo se torna más criminal.

Sería un error considerar este bloqueo como un problema bilateral entre EE. UU. y Cuba, pues no, en realidad el bloqueo afecta a todo el mundo. Para poner un ejemplo, en la pandemia del Covid-19, ningún país pudo acceder a la compra de vacunas de fabricación cubana por el bloqueo, con cual pudieron haberse salvado muchas vidas.

Mencionaremos otras modalidades de bloqueo y sus consecuencias:

  1. EE. UU., prohíbe a todos los países a comerciar con Cuba, bajo amenazas de sanciones diversas, desde comerciales hasta diplomáticas.
  2. EE. UU. prohíbe a las empresas comerciar con Cuba alimentos, medicinas o combustibles, siendo sancionas, disueltas o desfinanciadas.
  3. EE. UU. prohíbe que un equipo con 10% de tecnología estadounidense puede ingresar a Cuba, así lo fabrique otro país.
  4. EE. UU. prohíbe comerciar equipos cuya tecnología tenga níquel cubano. Nadie debe adquirirla.
  5. Impide que Japón comercie con Cuba las piezas de repuesto que necesitan los equipos de laboratorios cubanos.
  6. EE. UU. persigue, amenaza y sanciona al banco que haga operaciones con Cuba, conllevando a que se triangule o someta al cambio de moneda, pagando altas comisiones en la transacción hasta tres o cinco veces más, para poder realizar compras y llevarlas a la isla.
  7. EE. UU. prohíbe a los organismos financieros conceder créditos a Cuba, negándole las fuentes de financiamiento en condiciones favorables y obligando a préstamos de corto plazo con altas tasas de interés.
  8. EE. UU. persigue a la embarcación que lleve combustible a Cuba. El desabastecimiento genera apagones, parálisis del transporte y la industria.
  9. En la lucha contra el Covid-19, impidió que las aerolíneas lleven ayuda humanitaria a Cuba. Asimismo, impidieron a las empresas donar mascarillas, medicamentos o ventiladores mecánicos para asistencia respiratoria pulmonar. En el extremo, obstaculizaron la compra de oxígeno medicinal, cuando el pueblo más lo necesitaba.
  10. En la lucha contra el cáncer infantil, impide que los niños cubanos accedan a medicamentos que tienen patente estadounidense.
  11. En la lucha contra la enfermedad renal infantil, impide que los niños recién nacidos con fallo renal accedan a los catéteres fabricados por compañías estadounidenses.
  12. Cuba está incluida en la lista de países que patrocinan el terrorismo (1982) con las consecuencias financieras que esto implica. Ningún banco en el mundo quiere, ni puede, hacer transacciones financieras por violar la política exterior de los EE. UU.

Brian A. Nichols, Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, sostiene que el embargo persistirá mientras el Gobierno de Cuba no implemente un modelo democrático, obviamente diseñado por EE. UU.

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Sobre el deber revolucionario de Perú Libre en el Parlamento

Sobre el deber revolucionario de Perú Libre en el Parlamento

Vladimir Cerrón

Los grupos radicales, sobre todo de izquierda, siempre han tenido un discurso contra la existencia del Parlamento, sin embargo, una vez instalados en el poder y fundado el nuevo Estado, terminan instalando uno. Entonces, deducimos que el problema no es la existencia del Parlamento en sí, sino su estructura y espíritu, los que están en cuestión.

En los países socialistas se opta generalmente por un parlamento unicameral y se sustituye la denominación de Congreso por la de Asamblea Nacional Popular, Asamblea del Poder Popular o Cámara Popular. Ahora, no basta cambiar la denominación de la representación, ni optar solo por la unicameralidad, si no se cambia la estructura interna, el espíritu institucional. Por tanto, es necesario cambiar la forma y el contenido, porque dialécticamente la forma sí influye en el contenido y viceversa.

Lenin decía que salir del parlamentarismo no es abolir su representatividad y elegibilidad, sino transformarlo de un lugar de charlatanería, lobbismo y cabildeo, en un «centro de trabajo», y criticó a La Comuna de París que no debió restringirse a mantener la corporación parlamentaria, sino que debió transformarlo en una corporación de trabajo, ejecutiva y legislativa.

Ahora, la bancada de Perú Libre debe preguntarse a conciencia: ¿qué significa en la práctica convertir al Parlamento en un “centro de trabajo”?, pues como lo planteaba Lenin, debe ser una corporación de trabajo, que siga legislando, fiscalizando y representando, pero además impone cuatro condiciones:

Primero, retirarse los privilegios que hábilmente la burguesía ha concedido para que nuestros representantes se sitúen por “encima” del pueblo. Lenin sostenía en su obra cumbre El Estado y la Revolución que el parlamentario revolucionario es capaz de hacer el trabajo de calidad con el mismo sueldo de un obrero calificado. A la letra dijo, respecto de la alta remuneración: “se las puede (y se las debe) despojar de toda sombra de algo privilegiado y jerárquico”.

Así, respecto al sueldo congresal, la Constitución de la República Socialista de Cuba dice en su artículo 115: “La condición de diputado no entraña privilegios personales ni beneficios económicos. Durante el tiempo que empleen en el desempeño efectivo de sus funciones, los diputados perciben la misma remuneración de su centro de trabajo y mantienen el vínculo con este, a los efectos pertinentes”.

Segundo, la revocabilidad del cargo. Este derecho del pueblo no se puede ejercer, puesto que el Parlamento se ha blindado para ser inmune al control popular. En nuestra legislación todas las autoridades de elección popular, como alcaldes, gobernadores, regidores y consejeros son revocables, excepto el presidente de la República y los congresistas. 

Tercero, la piedra angular, es que nuestros parlamentarios «tienen que trabajar ellos mismos, ejecutar ellos mismos sus propias leyes, comprobar ellos mismos los resultados, responder ellos mismos directamente a sus electores«. En otras palabras, que nuestros parlamentarios promuevan, aprueben, ejecuten y respondan por sus leyes, haciendo que ellos mismos se sometan a la legislación en las mismas condiciones del pueblo, cosa que no ocurre actualmente.

La URSS convalidó lo dicho por el líder bolchevique, logrando convertir a un país agrícola, con hambruna y en guerra, en una potencia política, económica, social, militar y científica. Esto fue realizable porque los políticos se sometieron a las mismas reglas y los efectos por ellos legislados.

En otras palabras, ¿qué debiera hacer nuestra bancada si realmente es revolucionaria? Por ejemplo, si se aprueba una ley en la Comisión de Salud del Congreso de la República respecto a mejorar la atención de los pacientes, los parlamentarios, debieran renunciar a sus seguros médicos privados, atenderse en los hospitales del Estado (Minsa o EsSalud) y, tras ello, balancear los resultados para ver si la ley es justa, oportuna, efectiva, dañina o no responde a las expectativas populares. Ese es el “centro de trabajo” parlamentario revolucionario del que hablaba Lenin.

Cuarto, actuar en un Parlamento contrarrevolucionario, como el actual, requiere una estrategia clara, cuya meta es la revolución socialista, pese a las duras condiciones de dominio capitalista. La arena parlamentaria no será sino el terreno para la agitación política que eleve la conciencia de las masas, fortalezca su organización, lo prepare para el combate y exhiba las contradicciones insalvables del capitalismo. Esta táctica debe ser el producto preciso de cómo lo permitan las condiciones objetivas, del análisis concreto de la situación concreta y nunca de nuestra subjetiva percepción revolucionaria.

En varias ocasiones, los camaradas han criticado las coincidencias en las votaciones de nuestra bancada con la derecha o los caviares, pero deben entender que el único fin de esa coincidencia es “romper todo frente popular burgués”, como dijo Lenin. Recordemos que enfrentamos al fujimorismo (y sucedáneos), que constituye un partido de derecha con base popular.

Para cerrar estos cuatro puntos, debemos recurrir a la conclusión de Lenin: “La completa elegibilidad y la revocabilidad en cualquier momento de todos los funcionarios, la reducción de su sueldo hasta los límites del “salario corriente de un obrero”, estas medidas democráticas, sencillas y “comprensibles por sí mismas”, al mismo tiempo que unifican en absoluto los intereses de los obreros y de la mayoría de los campesinos, sirven de puente que conduce del capitalismo al socialismo”.

Debemos tener claro que nuestro Parlamento, como órgano neoliberal, al igual que las otras instituciones, constituye un “cerrojo del sistema”, comportándose como el principal método de dominación social, el campo de batalla de los intereses políticos, la institución jurídica que convierte en ley el deseo de la clase opresora, el que decide qué métodos de lucha política son los aceptados y el encargado de boicotear las iniciativas  que intenten resolver los problemas de modo revolucionario, garantizando su hegemonía. 

Por esa razón Lenin, era más radical al mencionar que los parlamentarios revolucionarios “no debe crear ilusiones constitucionalistas”, porque toda reestructuración de las relaciones de poder (Asamblea Constituyente de la Duma) en estas condiciones, solo sirve para fortalecer al Estado capitalista, aspecto que Perú Libre debe volver a reevaluar.

Sin embargo, toda lucha es útil para el pueblo en cualquier arena, aun en el Parlamento más reaccionario, por lo que Lenin concluía que: “la lucha parlamentaria es solo una pequeña etapa, una estación ferroviaria menor, en el camino de la constitución de la revolución, por lo que puede servir indirectamente al desarrollo de esa lucha”.

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Caviares: renegados y reciclados por el imperialismo

José Bendezú Gutarra

La desintegración de la URSS no significó (ni significa) el triunfo del capitalismo, solo fue una experiencia fallida del socialismo; tampoco quiere decir que el socialismo no funciona. Era lógico que los capitalistas salgan a proclamar ese hecho como un triunfo; lo que no era lógico es que los “marxistas” claven los picos sin mayor objeción.

La estructura y superestructura de un modo de producción no se instalan en una sociedad de la noche a la mañana, no hay encantamiento mágico, son procesos largos, muy largos, para que el nuevo sistema se torne en sentido común en el imaginario de las personas. Recién cuando el sentido común sea el correlativo a la ideología de la clase gobernante, se podrá afirmar sin ambages que hay un nuevo orden social.

Esto último, que es parte del ABC de todo “marxista”, fue olvidado rápidamente por muchos de ellos. Pregonando la muerte del socialismo tan igual o antes que los portavoces burgueses. Tal vez, viendo el panorama sombrío, fueron por el camino más seguro: renegar de su vieja militancia o pasarse al bando de los “académicos” apolíticos. Otros, sin poder deshacerse de su pasado, pues buscaron formas edulcoradas y fueron los nuevos decoradores del capitalismo, del imperialismo, generando organismos caritativos. Para estos la lucha de clases desapareció, así como la utopía o simplemente su romanticismo y su forma de vida acomodada estaban en peligro. Eran solo deshechos que se dejaban llevar por las olas de la política. De posmarxistas abundan.

Fujimori y Montesinos no eran más que lacayos del imperialismo, de las políticas neoliberales; no es un secreto, pero parece conveniente para muchos liberales y socialdemócratas dejar de lado ese rol que cumplieron ambos criminales. También los exmarxistas o posmarxistas dejan de lado que la dictadura no es solo una forma de gobierno, sino que es la forma en cómo una clase gobierna sobre las otras. También dejan de lado que no existe una sola forma de democracia, sino muchas, las que han existido en la historia, y existirán a futuro. En el capitalismo hay la dictadura de los burgueses contra aquellas clases que no tienen el poder político ni económico.

Entonces Fujimori, Montesinos y demás agentes que implantaron el neoliberalismo en el Perú no son una excepción en la dictadura burguesa, capitalista, en el Perú. Pero ha sido rentable el negocio de generar solo una negación o censura aquello ligado al legado fujimorista; es una repulsa de carácter moral y no político o ideológico. Eso es así porque todos los grupos anti fujimoristas no hacen una apuesta política propositiva nueva, a lo mucho centran sus discursos en las personas y sus conductas “morales” pero no hay un cuestionamiento al sistema neoliberal, al capitalismo, al imperialismo. Es fácil satanizar y victimizarse, por otro lado. Es fácil hablar de tecnocracia, pero no de cuestionar el orden económico-social-cultural.

Los paladines morales de esta época decadente son los mismos que durante el fujimorismo trabajaron dentro de él para aplicar las nuevas políticas neoliberales. Estuvieron allí ex marxistas, socialdemócratas, liberales, ONG’s y muchos “analistas y periodistas” de “prestigiosa reputación”.

El poder del sistema neoliberal bajo la operación de Fujimori implicó manejar a los medios de comunicación hegemónicos, incluso a los de “oposición”.  La República, diario autocalificado como moral y progresista, también vendió su línea editorial al “chino” Fujimori. Es que para la dictadura tener el control total, incluso de sus “enemigos”, era necesario; así como crearse propios cuestionamientos. Eso no era nada nuevo entonces y mucho menos ahora. Así se puede observar con todo esplendor que las dictaduras generan sus propios “enemigos”, pretender generar supuestas broncas que son manejadas por ellas mismas.

La socialdemocracia y los progres, los políticamente correctos, son también incentivados por el imperialismo para apantallar cuestionamientos contra el sistema. No obstante, esos cuestionamientos son epidérmicos, son más shows controlados que contradicciones profundas.

Sin embargo, este no es único fin del imperio al generar una oposición controlada, sino que también buscan acoger potenciales elementos revolucionarios y domesticarlos. Esa captación se da principalmente en espacios de formación como universidades e institutos, así como otras organizaciones como las ONG’s que dan empleos y también capacitaciones. No se puede dejar de lado que USAID beca a operadores del sistema justicia nacional para seguir cursos de especialización en la universidad Católica, dándole parámetros ideológicos y axiológicos. No en vano, la universidad Católica es un centro formación socialdemócrata y liberal.

Como se puede apreciar, tras la desintegración de la gloriosa Unión Soviética, viejos comunistas o filo comunistas renegaron de sus accionar política y vieron diversas formas de insertarse al capitalismo. Mucho de ellos formaron parte del movimiento “progre”, se unieron a las filas de las ONG’s que plantean un capitalismo con rostro humano. Lo real es que el capitalismo es incompatible con los intereses generales de la humanidad y de la Tierra. No hay forma de vida digna o justa bajo el imperio, bajo la dictadura del capitalismo.

Es así que muchos de esos progres, en el caso peruano, estuvieron al servicio de Fujimori y Montesinos, que es estar al servicio del imperialismo. Ellos tal vez sean de una izquierda, pero de aquella que necesita el imperialismo para desviar la atención de la lucha de clases, de las verdaderas contradicciones de fondo que genera el mismo capitalismo. Esos progres son los que con auspicio del mismo imperialismo mediante sus ONG’s han capturado diversas instituciones del Estado peruano.

Al final de cuentas, entendiendo que una persona no es lo que dice, sino lo que hace, los caviares son la “izquierda” que necesita el imperialismo, auspiciado y formado por este. Al final, estos caviares no representan en absoluto un pensamiento crítico, novedoso, rupturista o revolucionario. Es necesario aclarar que en nuestro país el debate político debe centrarse entre conservadores, defensores, del orden social actual, neoliberalismo, y los revolucionarios, los que quieren acabar con este orden injusto, abusivo, depredador, parasitario, y construir una sociedad nueva, un socialismo con características peruanas. Porque a diferencia de los que renegaron del comunismo, nosotros lo seguimos enarbolando, y entramos de lleno a la lucha de clases bajo la luz del marxismo-leninismo-mariateguismo.

Para nosotros, militantes de Perú Libre, la lucha política no tiene como objetivo ganar una elección sin cambiar el sistema político. Nuestro objetivo siempre fue claro y público, construir un país socialista, democrático, popular y soberano. Para nosotros la experiencia de la Unión Soviética es el ejemplo de que sí posible un mundo nuevo y mejor, que aquella experiencia fue la primera, pero no la última. Y en este momento en que es más palpable que hay una disyuntiva global: entre socialismo o barbarie, Perú Libre se reafirma que el único camino es el socialismo.

José Eduardo Bendezú Gutarra
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Lenin y Cáceres

Lenin y Cáceres

Vladimir Cerrón

En su espectacular obra El Imperialismo, Fase Superior del Capitalismo, Lenin puntualiza cómo las colonias le significaban más rentabilidad a las metrópolis y que estas se convertían en un Estado rentista o parasitario, pero con mejor estatus de vida: «Entre 1865 y 1898, la renta nacional de Gran Bretaña aproximadamente se duplicó, mientras que los ingresos procedentes “del extranjero” se multiplicaron por nueve«.

Esta fecha coincide con la Guerra del Pacífico (1881) y el Contrato Grace (1888) firmado por Andrés Avelino Cáceres, quien entregó por 66 años a los financistas de Chile. Antiguamente, la potencia económica de los estados se medía por la extensión de línea ferrocarrilera bajo su control, en su país y en sus colonias.

En el Contrato Grace, el Brujo de los Andes, entregó a Gran Bretaña, específicamente a Inglaterra, los ferrocarriles: Mollendo-Arequipa-Puno-Juliaca-Santa Rosa, Pisco-Ica, Callao-Chincha, Lima-Ancón, Chimbote-Suchimán, Pacasmayo-Guadalupe, Salaverry-Trujillo-Ascope, Paita-Piura y Callao-Lima-Chosica. Asimismo, las concesiones de guano de isla. La navegación del lago Titicaca. Los muelles: Mollendo, Pisco, Ancón, Chimbote, Pacasmayo, Salaverry y Paita.

El Perú pagó en demasía, como lo dijo el presidente Guillermo Billinghurst, en su informe en el Congreso el año 1913, pues el valor de los bonos de la deuda externa solo llegaba a la cifra de 2.368.832 de libras esterlinas y se pagó 18.204.628 libras.

No debemos juzgar a Cáceres porque finalmente, él era un terrateniente, de posición de clase oligarca, que solo utilizó la Campaña de la Breña, como campaña política para llegar a la presidencia, el resto es retórica, nada más.

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Marx: la violencia es la partera de la historia

Marx: la violencia es la partera de la historia

Vladimir Cerrón

Marx plantea que gracias a la contradicción la sociedad avanzó hacia su desarrollo actual. Esto lo explica magistralmente utilizando la ley de la contradicción, principal herramienta que responde cualquier cuestionamiento.

Cuando aparece la sociedad de clases en el esclavismo, se produce una contradicción dialéctica entre sus componentes, quienes asumen los roles categóricos de tesis, antítesis y síntesis.

Así, en el esclavismo, la tesis es el esclavo y la antítesis el esclavista, ambos entran en una lucha perpetua e irreconciliable, pero ambos a la vez se necesitan, uno no puede ser sin el otro. Llega a un punto donde el “equilibrio” llega a romperse y la clase social oprimida llega a aplastar a la opresora, generando un nuevo modo de producción. Ese nuevo orden es la síntesis, es decir, la solución a la contradicción: el feudalismo.

De la misma forma, en el feudalismo entran en contradicción sus componentes clasistas. Siendo la tesis, los siervos y su antítesis, los señores feudales. La última fase del feudalismo que rompe el “equilibrio” es la monarquía, punto de inflexión de la crisis social, la que se resuelve dando pase a la síntesis: el capitalismo.

En el capitalismo se generan nuevas clases sociales. Siendo la tesis, el proletariado y la antítesis, la burguesía. El capitalismo tiene dos etapas o fases: el libre mercado y la monopólica. En la primera, fase primaria, predomina el poder empresarial y en la segunda, fase superior o imperialista, predomina el poder financiero. Esta última rompe el “equilibrio”, pues ambas clases son antagónicas, al igual que ambas fases, unas a otras, se liquidan. Entonces, surge la síntesis: el socialismo.

Ahora bien, el paso de un modo de producción a otro nunca ha sido pacífico, siempre ha sido «asistido» por la violencia defensiva, por tanto, la violencia no es originada por la clase insurgente, sino porque llega a superar a la violencia “estatal” que se disfraza de “fuerza pública” o “fuerzas del orden”, cuando en realidad es “violencia estatal”, ello explica la existencia de cárceles, destacamentos armados policíaco o militar, jueces, fiscales, procuradores, defensores públicos, notarios, etc.

Ojo que la violencia es la partera de la historia, de la síntesis, puesto que la engendra la clase opresora. Así, de no actuar con una maniobra audaz o cruenta, podría morir el nuevo ser en pleno canal de parto. La violencia es la obstetra, la asistenta, la facilitadora del nuevo régimen que solucionará la contradicción principal, no es el padre o la madre que la engendra.

Si no hay violencia defensiva, cesárea, fórceps, maniobras médicas, episiotomía, etc., el feto perecería en el intento de nacer.

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Marx: La historia ocurre primero como tragedia y después como farsa

“El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte” da cuenta por primera vez del rol del “proletariado lumpen” en la lucha de clases, según el filósofo alemán.

Por INFOBAE

Actualizado: 14 Mar, 2023

La historia ocurre dos veces: la primera vez como una tragedia y la segunda como una farsa. Eso dice Karl Marx al comienzo de El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. Fue una de sus frases más famosas, de las más repetidas, aunque con las lógicas variantes que aportan a la hora de citar el tiempo o las traducciones o el desconocimiento o el esnobismo.

El autor alemán, de cuya muerte se cumplen este martes 140 años y cuyo libro, escribe esto en respuesta al filósofo Georg Wilhelm Hegel. Hegel sí dijo que los grandes hechos y personajes históricos aparecen dos veces, que la historia tiende a repetirse. Y es lógico, si al final del día los seres humanos tienen (tenemos) no pocas características en común que se mantienen más allá del paso del tiempo, más allá de las geografías. Lo que cambia es la interpretación que se le da a esos eventos y a esos personajes en un determinada momento: una tragedia o una farsa.

A finales del siglo XVIII, la Revolución Francesa derivó en el fin de la monarquía, el ascenso de la burguesía y la creación de la Primera República, que tenía por lema nacional el que aún sobrevive hasta hoy: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”. Pero también implicó un cambio social tan relevante que llevó a sentar las bases para la democracia moderna, así como la consolidación de normativas tendientes a la igualdad entre seres humanos.

Sí, eran consignas un tanto utópicas y tal vez demasiado ingenuas. Y también es cierto que esa ingenuidad chocó de lleno con la realidad cuando la revolución comenzó a caer por su propio peso. Fueron los tiempos del Terror del jacobino Maximilien Robespierre y también de su asesinato en la guillotina, por la que ya habían pasado los extintos monarcas Luis XVI y María Antonieta, y su ex aliado Georges-Jacques Danton, entre tantos, tantos otros. Hasta el 18 de brumario.

La revolución trajo consigo el establecimiento de un nuevo calendario, un calendario republicano, tan novedoso y rupturista como todo lo que traía este nuevo mundo. Los 12 meses, de 30 días cada uno, estaban divididos en semanas de 10 jornadas, y el año comenzaba en septiembre, con el equinoccio de otoño boreal, y en coincidencia con la proclamación de la República. Se descartaba, además, cualquier referencia religiosa. Entre muchas otras curiosidades, los meses adoptaron denominaciones ligadas a la agricultura o la meteorología. El segundo del año, entre octubre y noviembre del calendario gregoriano, se llamó Brumario: el mes de la bruma y las neblinas del otoño francés.

Fue el 18 de brumario del año VIII, o 9 de noviembre de 1799, cuando Napoleón Bonaparte terminó con la revolución. Había vuelto de una campaña militar en Egipto (aquella misión en la que encontró la Piedra Rosetta, puerta de entrada a la traducción de antiguos jeroglíficos) y tenía al Ejército de su lado, pero también a buena parte de la sociedad civil, ya cansada de un gobierno endeble y de un contexto caótico de persecuciones.

No sería errado considerar al del 18 de brumario como el primer golpe de Estado moderno. O, en francés, el primer coup d’etat. Seguiría el Imperio, las guerras, la ocupación, la derrota en Waterloo, la muerte en esa isla de Santa Elena en medio del Atlántico.

Pero Marx no se centra en Napoleón ni en la caída de la revolución. En 1852 publicó El 18 de brumario de Luis Bonaparte en la revista alemana La Revolución y recién en 1869 estuvo disponible en formato libro, también en inglés y con un nuevo prólogo. El autor pone el foco en aquel golpe de Estado para trazar una relación con otro coup, casualmente cometido por otro Bonaparte, Luis, también llamado Napoleón III, y sobrino del primero.

En realidad se trató de un autogolpe, porque Luis Bonaparte era presidente de la Segunda República Francesa, establecida en 1848. Y lo fue hasta el 2 de diciembre de 1851, cuando disolvió la Asamblea Nacional y se autoatribuyó poderes supremos. Un año más tarde se proclamó emperador, tal como había hecho su tío casi medio siglo atrás. La historia ocurre dos veces, dice Hegel. “Una vez como tragedia y la otra como farsa”, agrega Marx.

Marx está enterrado en un cementerio de Londres. (Reuters)Marx está enterrado en un cementerio de Londres. (Reuters)

Para entonces, Marx tenía 33 años, ya había publicado 13 libros, ya era Doctor en filosofía y llevaba algunos años debatiendo con la filosofía hegeliana. Se basó en la dialéctica de Hegel, pero reemplazó el idealismo de éste (las ideas en un primer plano) por una concepción materialista. Así llegó a hablar de cómo las fuerzas económicas constituyen una estructura subyacente que determina, en última instancia, fenómenos “superestructurales”, como el orden social, político y cultural. La confrontación no se origina en las ideas ni en el espíritu sino en el rol productivo.

El golpe de 1851 lo encontró viviendo en Londres, luego de ser expulsado de Prusia por el rey Federico Guillermo IV y también de París, que por esos días enfrentaba levantamientos contra la Segunda República. A esa insurgencia, Marx la define como “el acontecimiento más gigantesco en la historia de las guerras civiles europeas” y como “la primera gran guerra civil de la historia entre el proletariado y la burguesía”. Bonaparte se presentó entonces como capaz de reestablecer la ley y los levantamientos terminaron siendo la excusa para el golpe.

Marx siguió la autoproclamación de Luis Bonaparte desde la capital británica y escribió en su rol de filósofo, pero también de historiador. Dice entonces que la historia se repite, pero parcialmente o, mejor dicho, tan sólo en apariencia. Porque lo que diferencia al 18 de brumario del año VIII del 2 de diciembre de 1851 son las circunstancias históricas, que no dependen de los hombres que participan de esos acontecimientos: “los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado”.

La perspectiva evolucionista ayuda a entender por qué eventos similares pueden tener consecuencias completamente distintas. En términos de Marx, la burguesía era el sujeto revolucionario al momento del primer golpe; pero, para cuando acontece el segundo, ésta ya había ascendido y la monarquía absolutista ya había sido literalmente decapitada. En otras palabras, la Revolución Francesa implicó un quiebre del sistema feudal y el comienzo de la transición a un sistema económico capitalista, que ya existía, de una u otra forma, para 1851.

Marx además amplía el espectro de clases más allá de la burguesía y el proletariado: suma a los campesinos y a lo que denomina proletariado lumpen, dos sectores que apoyaron el ascenso de Luis Bonaparte. Los primeros, debido a una devoción tradicional por Napoleón y por los altos costos que les había supuesto la Revolución de Febrero de 1848, aquella que instauró la Segunda República. Los segundos, el Lumpenproletariat, por promesas de reformas sociales y políticas.

El nuevo Napoleón, dice Marx, “se erige en jefe del lumpemproletariado” porque encuentra en ese sector la reproducción en masa de intereses que él mismo persigue. Algo así como lo que hoy en día se denomina peyorativamente “desclasados”.

A los reinados de Luis XVI, caído en 1789, y al de Luis Felipe, en 1848, sólo podía seguirles una república dominada por, al menos, cierto sector de la burguesía. En cualquier caso, siguiendo la línea de Marx, las dos revoluciones y los dos golpes de Estado dejaron de lado al proletariado, cuya reacción fue en junio de 1851: un puñado de días, pero “la primera gran guerra civil de la historia entre el proletariado y la burguesía”.

La revolución de 1799 implicó un cambio real de la superestructura, conformada por sentimientos, ideas, concepciones de vida creadas por la sociedad a partir de sus bases materiales y de las relaciones sociales. Si allí hubo una transformación, en 1848 no podía haberla. La clase social protagonista era la misma.

El golpe del primer Napoleón es el fin de un intento de cambio, pero el de su sobrino reconfirma y fortalece lo que ya existía. Un autogolpe en términos políticos, porque sí, disuelve la Asamblea y se hace con un poder centralizado y dictatorial; pero también un autogolpe en términos simbólicos, un coup contra sí mismo, contra lo que representaba, con el sólo objetivo de robustecerlo. Una tragedia primero, una farsa después.

Marx se pregunta entonces por qué cierto sector de la burguesía, el campesinado y los lumpenproletariat dejaron de lado a un gobierno republicano, directo y representativo, a favor de un régimen autoritario dominado por Luis Bonaparte. Su respuesta aparece en 1869, en el prólogo para la segunda edición de El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte y cuando a Napoleón III aún le restaba un año para dejar de ser emperador de Francia: “Demuestro cómo la lucha de clases creó en Francia las circunstancias y las condiciones que permitieron a un personaje mediocre y grotesco representar el papel de héroe”.

Las circunstancias ajenas al humano determinan su proceder, pero también la forma en que éste sea juzgado en el presente o en el futuro. Por más de que las acciones se repitan. Por más de que la historia ocurra dos, cinco o cien veces.

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Ejercicio del centralismo democrático en el Partido

EJERCICIO DEL CENTRALISMO DEMOCRÁTICO EN EL PARTIDO

Mario Rentería Sánchez

Hay que entenderlo y aplicarlo. Solamente, hay que tener cuidado con la dictadura de la mayoría.

La minoría puede pedir una RECONSIDERACIÓN posterior del acuerdo adoptado, cualquiera él sea. No obstante mientras ello ocurre, la minoría debe cumplir e implementar el acuerdo adoptado. En el caso no lo cumpla, es muy claro que está cometiendo una falta grave.

Por otro lado, es muy importante, explicar a fondo, ampliar los argumentos de los acuerdos adoptados por la mayoría para intentar convencer a todos. En la medida de lo posible nadie se debe quedar con la duda.

Un ejemplo:

Nunca encontré razones suficientes para explicarme que todos los Congresistas de Perú Libre no voten en bloque, aplicando el CENTRALISMO. Somos un partido ML Mariateguista, tenemos Ideología y principios que nos unen. La Teoría es una Guía para la acción. La DEMOCRACIA se aplica en debatir antes al interior de la Bancada. Esta debe cumplir, las decisiones del Congreso, de la Asamblea General y de la Comisión Política del Partido.

 *Excepción justificable*

Sólo me resultó justificable que algunos Congresistas de nuestra bancada, el 07.12.22, votaran a favor de la vacancia de PCT, sobre todo, por la sorpresa inesperada e imprevisible de la lectura del nefasto mensaje aquel de PCT, pateando el tablero constitucional, supuestamente  sonzacado (yo lo dudo), por su entorno ANTIPATRIA (ANTIPERULUBRISTA), desatando con ello la consumación del GOLPE DE LA DERECHA. Golpe Militar Parlamentario, facilísimo sin precedentes en la historia del Perú. Violando flagrantemente el Reglamento del Congreso, que forma parte del ESTADO DE DERECHO PRO IMPERIAL, y usurpando el poder impusieron en la Presidencia a una mujer sin escrúpulos, sin principios y con unas ansias desmedidas de poder.

LA HISTORIA la juzgará y la pondrá en la basura de la historia junto con sus ROLEX escandalosos que, el solo usarlos evidencia poca inteligencia de la  asesina usurpadora de la Presidencia de la República.

Volviendo al tema en análisis, fue correcto que los Congresistas Perú Libristas que votaron por la vacancia, reconozcan que fue un error. Y hay que valorar mucho, a quienes votaron en contra o por lo menos se abstuvieron. En esas condiciones tan imprevistas, lo correcto es que la dirigencia de la Bancada compuesta por tres Congresistas, en coordinación rápida con la CP del PPNPL, tomen una decisión y el resto de Congresistas, vote en bloque por lo decidido.

 Hay circunstancias que no hay tiempo para el debate previo de la decisión, la cual se acatará en bloque y se evaluará después.

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Centralismo democrático, principio que garantiza la unidad

Centralismo democrático, principio que garantiza la unidad

Vladimir Cerrón

La reducción cuantitativa de la bancada parlamentaria de Perú Libre, amerita una autocrítica profunda, lejos de las justificaciones facilistas que podemos dar a la oposición, pero que, en el fondo, a veces, son medias verdades. Esta explicación dialéctica se está procesando en otro documento que el Partido hará conocer a sus bases prontamente.

Existen numerosas causas que pueden explicar este fenómeno, pero considero que la mayor falencia que generó condiciones para este lamentable resultado fue el no haber desarrollado con firmeza el centralismo democrático, como lo habían señalado hace muchos años los precursores del marxismo.

Para entender en qué consiste este principio en la toma de decisiones, explicaremos solo lo esencial, al estar cerca de celebrar nuestro congreso nacional donde está previsto la inclusión de un nuevo capítulo estatutario al que se ha titulado: “Del centralismo democrático en el Partido”.

Para ello es necesario comprender la trascendencia del mismo, considerando que el Partido toma sus decisiones más importantes, que tiene como finalidad garantizar la unidad. En el centralismo democrático los diferentes niveles de dirección convocan a sus bases, según sea la trascendencia e implicancia que amerite la contradicción a deliberarse, generando un amplio debate y llegando a conclusiones vinculantes por acuerdo unánime o mayoritario.

El centralismo democrático, según el leninismo, tiene cinco características:

  1. Centralización del poder por un órgano legítimo.
  2. Jerarquía definida, que impone disciplina para asegurar el cumplimiento de las decisiones.
  3. Democracia interna, que promueve la participación activa de las bases, donde se debaten los temas más importantes, cuyas decisiones son colectivas y democráticas.
  4. Unidad de acción, que significa que las decisiones se acatan de manera vinculante, sin espacio a la duda, la disidencia o el disenso.
  5. Internacionalismo, que promueve la unidad y colaboración entre los partidos revolucionarios.

Asimismo, el centralismo democrático desarrolla tres principios:

  1. Primero, las decisiones se respaldan por el voto unánime o de la mayoría, la misma que debe acatarse sin discusión alguna.
  2. Segundo, la minoría no solo acata, sino que promueve y desarrolla la decisión de la mayoría.
  3. Tercero, la minoría merece respeto, porque dialécticamente forma parte de nuestra contradicción interna no antagónica.

El centralismo democrático garantiza:

  1. La discusión democrática de los problemas políticos, seguida por la toma de decisiones y la unidad monolítica en la defensa de lo acordado.
  2. Evitar el autoritarismo del dirigente de mayor rango, quien se sujeta a la decisión de la mayoría.
  3. La disciplina partidaria a nivel de todas las instancias, como asambleas, plenarios, congresos, bancada parlamentaria y presidencia constitucional, confiriendo seriedad, respeto y fortaleza ante los ojos propios y ajenos.
  4. El cumplimiento de la votación en la dirección acordada de nuestros representantes en instancias superiores.
  5. Asumir responsabilidades de manera colectiva, monolítica y consciente de nuestras decisiones.
  6. No dar espacio al voto singular, mal llamado de conciencia, que no es más que un voto de traición.

La llamada “libertad de conciencia”, en este caso, es solo una justificación reaccionaria que promueve la indisciplina, el transfuguismo, la corrupción política y está orientada a destruir internamente el Partido.

Empero, a buena fe, el voto de conciencia sí es considerado, pero al interior del Partido, a nivel del debate, en las actas, en el juicio histórico, para la autocrítica, para apelar ante la nueva circunstancia, para analizar la nueva situación concreta y para el balance dialéctico, razón de por qué el criterio minoritario más adelante podría convertirse en mayoritario, siendo que ser minoría no siempre significa estar en la posición equivocada.

El incumplimiento, la duda, la disidencia o el disenso de los acuerdos adoptados por centralismo democrático siempre son calificados, ante los órganos de disciplina, como falta muy grave.

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Nuestra respuesta a las infamias de Iván Slocovich

Nuestra respuesta a las infamias de Iván Slocovich

Vladimir Cerrón

Pocas veces respondemos a las infamias periodísticas de la derecha, pero creo que el director del aún diario Correo nos regala esta académica oportunidad donde trataremos sobre su rol nefasto. No condenamos a Slocovich, puesto que está en su legítimo derecho de mentir, manipular y falsear la información, porque sencillamente para eso es un asalariado del capitalismo.

A Slocovich le encargaron hace mucho tiempo desarrollar una campaña contra lo que sus patrones temen, contra un posible gobierno de Perú Libre, que, a mis cálculos, son legítimamente fundados y no responden a la ficción. Hasta ahí estamos de acuerdo.

Como es típico, el director utiliza una cabeza de turco para poder opinar en su propio diario, esta vez le tocó a Luis Nunes. En su elucubración, refieren que Perú Libre le ha hecho un daño a la función pública al poner en el Congreso a personajes investigados por corrupción o tráfico de influencias, como si antes la función pública hubiera sido el mejor producto de este sistema.

Lo que no dicen, en realidad, es que Perú Libre ha puesto una voz divergente, una voz revolucionaria, una voz contestataria que ha coadyuvado a desenmascarar y sacudir al poder caviar, antro a donde han ido a recalar, los impresentables como Slocovich y demás caimanes.

Hacen énfasis constantemente que soy un prófugo de la justicia, pero no asimilan que el líder y dueño del grupo a donde pertenece Correo es uno de los más grandes delincuentes que haya visto la historia del Perú, involucrado en muchos casos de corrupción, donde uno de ellos sería el caso Lava Jato de Odebrecht. No equiparan que, al ser conscientemente el empleado de un delincuente, lo convierte mínimamente en cómplice.

La bancada de Perú Libre está indemne de todos los casos de corrupción denunciados en el Congreso, son las bancadas de la derecha, de los socios de Correo, las que tienen en el ranking la posición más alta respecto a este fenómeno, pero claro, Slocovich se hace al (S)loco y sus sicarios no pueden referirse a ellos, porque son sus auspiciadores.

La prensa derechista habla tanto que le interesa “luchar” por la salud moral del país, que han sido las primeras víctimas en convencerse ellos mismos. Deben saber que, en realidad, el pueblo los detesta, razón de por qué su tiraje cada vez se reduce y se tienen que ver obligados a extorsionar al gobierno, aunque esto último es una práctica más vieja que la prostitución.

Aquí los que le han hecho un grave daño a la institucionalidad política del país son ustedes, los medios de comunicación, al promover un golpe de Estado, desde el primer día que Castillo y Perú Libre los derrotaron en las ánforas, producto de la voluntad popular que ustedes nunca han respetado, motivados por su avaricia y su angurria económica y de poder.

No les molestaba tanto que Castillo estuviera en Palacio, puesto que el proceso de «cholificación» iniciado por Toledo en algo ya los había rendido. Lo que les molestaba era la ausencia de mermelada, que, si hay algo que reconocer al presidente profesor es eso, les cerró el caño que le permitía a Correo y compañía mafiosa el robo al Estado, bajo el montaje de una “publicidad” que nadie la ve, la lee, ni le importa.

Las denuncias, seguidas de una evidente persecución política judicial, que afrontan nuestros militantes no congresistas, son casualmente los efectos de haber perdido en las urnas el 11 de abril del 2021, cuando el flash les propinó una patada en el trasero al anunciar el triunfo de Perú Libre en la primera vuelta, que luego quedó convalidada en el balotaje del 6 de junio del mismo año y vieron amenazados sus privilegios obtenidos a base de fechorías, extorsiones al gobierno de turno, entre otras, como lo permite esta dictadura.

Parte de la prensa hegemónica, conjuntamente con otras instituciones públicas, constituyen la verdadera organización criminal que existe en el país y que una revolución, tarde o temprano, los pondrá tras las rejas, los veremos caer, como cae todo, es cuestión de cumplir un ciclo vital.

Asimismo, califican de inconstitucional el intento de cierre del Congreso de parte de Castillo, pero su doble moral aplaude la vacancia inconstitucional de los golpistas. También, siguen manteniendo la idea de que por privilegios míos llegó Hernán Condori a ser ministro de Salud, sin reconocer que era su derecho político por ser un cuadro técnico y militante de Perú Libre, partido que ganó las elecciones.

Hacen una novela sobre el “agua arracimada”, cuando en realidad sacaron al ministro por un tema de intolerancia racial, paradójicamente alentada por un director judío como Slocovich. Empero, cuando se trataba del caviar Oscar Ugarte, quien privatizó y monopolizó el oxígeno cuando era ministro de Salud, generando miles de muertes, Correo se metió la pluma periodística al recto sigmoide, lugar donde no entra el sol, poniendo en evidencia su parcialización caviar.

Y en el colmo de la hipocresía, decían preocuparse por la vida de los peruanos en plena pandemia del Covid-19, cuando el Grupo empresarial al que pertenece se benefició del Programa Reactiva Perú, del cual el 71% de su presupuesto millonario se fue para las empresas más ricas del país y, como era de esperar, también su pluma terminó en el mismo lugar.

Querer culparnos de la presidencia de Dina Boluarte, no tiene lógica, un poco más dicen que los sesenta y siete fusilados ha beneficiado a Perú Libre. Tamaña necedad solo se le puede ocurrir a los delincuentes que tratan de ocular la paternidad criminal. Si Boluarte hubiera implementado el programa de gobierno de Perú Libre y estaríamos en una situación calamitosa, es ahí cuando asumiríamos las responsabilidades, no hay otra circunstancia.

El cabeza de turco, Luis Nunes, finalmente dice que los altos cargos no deben estar en manos de personas sin capacidad de gestión, o sea, solo deben conducirlo los corruptos empresarios de siempre. Como dije al inicio estas actitudes son entendibles porque saben que somos la esperanza de la patria, aun con nuestros errores, y saben algo más: que la cuenta regresiva ha comenzado contra los traidores, vendepatrias y lacayos del gran capital, contra los vivos que no quieren soltar el control del Estado.

El analista habla de la “meritocracia”, como si no viviéramos en una sociedad de clases, donde el crecimiento es desigual para todos, por la falta de oportunidades. Comprendo que, a falta de orientación política, este sujeto preste su identidad, porque no creo que sea tan ignorante, al sumarse al terrorismo mediático de Correo, propio de los herederos del mafioso Banchero Rossi.

Si Slocovich, sigue por la mala senda, esperemos que por lo menos sepa cómo acabó su paradigma, porque al ya tener su “María Eugenia Sessarego” en las oficinas de Correo, solo le falta una pieza de ajedrez, su propio “Juan Vilca”.

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Del terruqueo al lawfare

Por: José Bendezú Gutarra

16 de marzo del 2024

En el año 2017 se completó la metamorfosis de lo que en la actualidad se llama Sistema especializado en delitos de corrupción de funcionarios, que había nacido en los noventa como un sistema antiterrorista; no obstante, su naturaleza no ha cambiado desde entonces.

Este dato no es menor en el actual contexto de judicialización de la política o lawfare que vive nuestro país. Porque sus creadores y ejecutores desde los noventa son los mismos. No es un secreto que el diseño “antiterrorista” de los noventa fue hecho principalmente por la CIA. Los intereses foráneos no estuvieron alejados del poder en los noventa, en la dictadura fujimorista; las ONG’s que viven de dineros transnacionales tuvieron una presencia importante en ese gobierno y en los posteriores hasta el día de hoy.

Las ONG’s y su creación, los caviares (socialdemócratas imperialistas), intervienen en el Estado peruano, principalmente en algunos ministerios y entidades nacionales, como el Ministerio Público. Esto no es una especulación, es un hecho comprobado y público. Entonces gran parte de la crisis que vive nuestro país es también responsabilidad de estos caviares que hablan de reformas mientras viven de la teta del Estado y defienden intereses imperialistas.

Es evidente que hay una continuación de agentes, de operadores, caviares en el Estado. Es evidente que el imperialismo maneja políticas públicas en nuestro país. Tiene mucho control en el Poder Judicial, el Ministerio Público y otras entidades. Hay un especial interés de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional – USAID en intervenir en tres áreas de la labor jurisdiccional: ambiental, tráfico de drogas y anticorrupción. Revisando el Plan Operativo del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial 2015, se señala que USAID tiene el proyecto “Pro-Integridad para promover Justicia e Integridad en la Administración Pública” (2013-2016), continúa: “El año 2013, con un aporte estimado de US$ 4.2 millones, se inició la ejecución del Proyecto, cuyo objetivo es apoyar al PJ en el fortalecimiento de sus capacidades en la lucha contra la corrupción…” Continúa en el mismo documento: “La primera es lograr un manejo eficaz y eficiente de los procesos penales relativos a delitos de corrupción de funcionarios, a partir de recursos humanos mejor entrenados para el buen manejo de los casos de corrupción, modelos de gestión más eficientes…”

El mismo documento público señala que dicho proyecto logra tres productos, siendo el tercero “un programa de capacitación denominado “Diplomatura de Especialización en el Sistema Judicial para resolver casos de corrupción”… Esta diplomatura viene siendo ejecutada en diferentes etapas a través del IDEHPUCP (Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Universidad Católica del Perú)…”

Como se ha podido observar mediante información directa, existe esta continuidad de los EE. UU. mediante las ONG’s y sus operadores caviares en la política y la administración de justicia en determinados temas de su interés.

Podemos entender de este modo que no solo hay una intervención extranjera directa en asuntos internos, y tan importante como la administración de Justicia, sino que existe una persecución ideológica. En los noventa, con el pretexto del terrorismo, se persiguió sin piedad a cualquier persona de izquierda, a cualquier dirigente o sindicalista, a cualquier voz que no estuviera de acuerdo con la dictadura títere de Fujimori y Montesinos. Desde ese momento se generalizó el terruqueo, la forma más básica de atacar, de estigmatizar y tratar de marginar a cualquier persona o reclamo social. Esa forma básica sigue hasta hoy, aunque con menor fuerza. Gran parte de esa labor de estigmatizar la llevó a cabo tanto el Ministerio Público como el Poder Judicial; ahora vemos que el real control de esas instituciones estuvo y está a cargo de agentes extranjeros, de servidores del imperialismo, de ONG’s que intervienen descaradamente en nuestras instituciones y democracia.

Es decir, la supuesta “lucha anticorrupción” es ideologizada, al igual que la lucha “antiterrorista” de los noventa. No existe ni objetividad ni imparcialidad respecto a las investigaciones y procesos. Mientras que en los noventa ese sistema era un mecanismo de amedrentamiento a cualquier persona contraria al neoliberalismo o la organización social; en la actualidad ese sistema sirve solo para atacar a políticos de izquierda o antineoliberales. Tanto los grandes empresarios, los políticos de derecha y los caviares, que descaradamente son corruptos, siguen libres, sin denuncias, sin procesos, sin prisiones preventivas. Por ejemplo, se ve que en el caso Odebrecht no existe ningún detenido, ni los grandes empresarios que declararon haber corrompido, ni políticos caviares como Villarán. No se puede dejar de lado las repercusiones que se ha tenido tras las declaraciones de Jaime Villanueva, abriéndose investigación a varios congresistas nombrados por él, menos a la caviar Ruth Luque.

Un país soberano, un país con un plan de desarrollo, no puede permitir injerencias extrajeras de ningún tipo. Esto no es más que la muestra que nuestro país es aún una semi colonia de los EE. UU. Como sociedad, esto no solo nos debe indignar, sino que debe ser rechazada y superada, siendo el único camino tener un Estado soberano e independiente. Con esta constitución dictatorial del 93 no se puede cambiar esa situación, ya que la misma es un encargo de los yanquis. Por eso urge la necesidad de celebrar una Asamblea constituyente que pueda eliminar cualquier injerencia imperialista. No necesitamos más USAID, ni ONG’s, ni caviares o socialdemócratas, que son agentes de imperialismo, que van en contra del interés nacional, del interés de las mayorías. No se puede permitir que nuestro sistema de justicia siga en manos de los sirvientes del imperio.

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