Delegación de Perú Libre en el Foro de Sao Paulo (La Habana, 15-17 de julio del 2018)
Vladimir Cerrón
Nuestro Partido ingresó a una etapa importante de su vida, al integrarse formalmente como miembro pleno del Foro de Sao Paulo (FSP). El FSP fue creado por Fidel Castro y Lula da Silva el año 1990 y desde aquel entonces ha librado una batalla titánica en el campo de las ideas, sirviendo de fuente ideológica y política, unificando la izquierda de Latinoamérica y el Caribe y logrando una barrera infranqueable frente a la agresividad del imperialismo norteamericano.
La asimilación de Perú Libre exige mayor preparación al partido, mejorando su capacidad de análisis político en materias relacionadas a los campos de la economía, la cultura, la milicia, el medio ambiente, la tecnología, entre otras, desde un análisis multilateral, profundo y materialista de la realidad internacional, que permita entender mejor los fenómenos que ocurren en cada uno de los países miembros.
Estos análisis están basadas en la experiencia de países que han tenido la oportunidad en la conducción de gobiernos de izquierda y movimientos u organizaciones que han logrado conquistas trascendentes. Por ello hay quienes no dudan en definir al FSP como un «think tank» o «tanque de pensamiento», aunque en la realidad es un instituto de investigación socio político, que no solo le sirve a Latinoamérica y el Caribe, sino que en la práctica también participan los partidos y organizaciones de Asia, África y Europa. Para su ingreso Perú Libre ha tenido que contar con el apoyo de los demás miembros que integran el FSP. Por ello, agradecemos el apoyo al Partido Comunista del Perú Patria Roja, Partido Comunista del Peruano, Partido del Pueblo, Partido Socialista, entre otros, ratificando nuestro compromiso a la mejora de nuestras relaciones interpartidarias, frente a las agresiones imperialistas, y dando por superado las fricciones anteriormente existentes. También saludamos la integración del Partido Humanista y de Pueblo Unido al FSP .
Perú Libre tiene hoy voz y voto en el FSP, también tiene obligaciones e integra la Secretaría de Pueblos Andinos y Amazónicos, por lo que volvemos a reclamar en su militancia mayor compromiso, consecuencia, acción solidaria, capacidad de desprendimiento y preparación en los campos mencionados, puesto que el partido no solo puede tener presencia en los procesos electorales, sino también en todos los campos donde se reclame la presencia de una izquierda moderna a nuestros tiempos, a la realidad y las aspiraciones de un mundo en perpetuo cambio.
Algunos estudios calculan que el pago por publicidad estatal en el Perú bordea los 740 millones de soles anuales, lo que infiere que estaríamos gastando poco más de 2 millones de soles diario. En términos de costo e infraestructura, podríamos inferir la equivalencia a construir 2 escuelas por día en el país.
El congresista aprista Mauricio Mulder, presentó e hizo promulgar la Ley Nº 2133, la misma que regulaba el gasto de publicidad estatal en los medios privados. Como esta ley significaba una pérdida económica muy alta para el empresariado mediático, la misma fue motejada por ellos mismos como la Ley Mordaza.
En conclusión, la ley eliminaba la publicidad estatal en medios privados y cuando debía publicarse algo tenía que hacerse por sus propios medios o las redes sociales, dando la excepción solamente en los casos de emergencia nacional, desastres o procesos electorales. Además, la ley contemplaba que los reportajes, entrevistas y conferencias de prensa, debían desarrollarse sin pago alguno al medio de comunicación.
En el Perú existe una alta concentración de medios en manos tres empresas que juntas dominan el 84% del mercado. El Grupo Comercio, que tiene más del 60% de los ingresos en el mercado, seguidos por el Grupo ATV y Grupo Latina.
El Grupo Comercio es dueño de los siguientes diarios, El Comercio, Perú 21, Gestión, Trome, Deport, Correo, Ojo, Ajá y El Bocón. Además de los canales siguientes, Canal 4 América Televisión y Canal N. También propietaria de 15 medios digitales.
Como vemos, los medios están concentrados en una sola mano y constituyen, en todos los extremos, un verdadero atentado contra la libertad de información, parcializando su comunicación en dependencia de sus propios intereses de carácter económico, político, social u otro, afectando el pluralismo del pensamiento social y el derecho a la información ciudadana. Esto solo ocurre en el Perú, según los expertos.
Así, los directamente afectados con la Ley Mordaza, no eran el pueblo peruano, sino los empresarios periodísticos de estos medios privados, pero para dar cara a la batalla contra esta ley, disfrazan su lucha bajo en el nombre de la “libertad de información”, so pretexto que se atenta contra un derecho fundamental del pueblo.
Estos grupos no están en manos de partidos políticos, sino en manos de familias con intereses en grandes empresas constructoras como Graña y Montero y utilizan su influencia para “extorsionar” al gobierno, pudiéndose demostrar además que les es imprescindible el dinero del Estado para vivir, no les basta el dinero privado, lo que contradice su esencia de libre mercado, sobre el paternalismo estatal que paradójicamente tanto atacan.
Hemos pasado unas elecciones municipales y regionales recientes y el Grupo Comercio ha invisibilizado y conspirado contra una candidatura que estaba en el segundo lugar de las preferencias, la de Ricardo Belmont, quien planteaba eliminar los peajes, que muchos de ellos están a cargo de las empresas del grupo en mención, pero el poder mediático en todas sus expresiones lo excluyó de su agenda informativa, aun habiendo sido de interés público. Ahí se demuestra que estos señores no luchan por la libertad de información, sino por salvaguardar sus intereses, principalmente económicos.
Finalmente, quiero recordar una frase que puede dar respuesta a nuestro quejido dialéctico con la famosa frase de Fidel que nos ce como llave en una cerradura: “Nuestro problema no es que mientan, nuestro problema es cómo nosotros decimos las verdades”.
Para entender este artículo es necesario contar con una gran dosis de perseverancia política en aras de lograr la tan añorada unidad de la izquierda peruana.
Tras fracasos aislados, estamos conscientes que la unidad es la única fórmula de avance para la izquierda peruana, caso contrario estamos condenados al ostracismo político.
El referente más cercano y concreto de la unidad de izquierda reportado en el Perú se dio en la década de los 80, su éxito fue precedido por varios intentos que finalmente dieron sus frutos.
Si nos preguntáramos cuál fue el fenómeno que permitió la fusión de los partidos que la integraban, creo que el programa no tuvo tanto fuerza, sino el reparto equitativo y proporcional de las candidaturas congresales y el consenso de la candidatura presidencial, en medio de una vorágine electoral que debía enfrentar en debut la izquierda peruana.
Digo lo anterior porque la unidad de izquierda, tuvo un efímero tiempo de vida media, mantuvo su alianza en el Parlamento los primeros años para luego ser continuado por un secesionismo tan marcado, por intereses personales y de grupos, que la conllevaron a perder su arquitectura unitaria y su misión programática.
El final no fue feliz, pero es el mejor referente de unidad que logró la izquierda peruana, más aún en una década donde por primera vez se le permitió participar en elecciones generales y fue la bancada más numerosa en Suramérica.
En los tiempos actuales ¿es sensato seguir perseverando en la unidad? ¿qué requisitos deben anteponer este proyecto? ¿qué elementos la cohesionan y cuáles la dispersan?
Creo que la brega por la unidad no solo es sensata, sino imprescindible y coyunturalmente favorable en estos tiempos frente a la descomposición orgánica y moral de la derecha peruana.
Para hacerla real, es necesario contar con requisitos vitales para que esta unidad sea viable. Lo primero es contar con una inscripción legal que permita el concurso electoral del frente, la identificación de los principales liderazgos de rango nacional y su predisposición a forjar el frente, la existencia de una construcción organizacional mínima en cada polo del país, un aparato de propaganda que difunda e impregne colectivamente el objetivo del frente y una base económica elemental que garantice la movilización nacional.
Existen asimismo elementos que dispersan la unidad como el anuncio de alguna candidatura nacional antepuesta condicionalmente para el inicio de las conversaciones, craso error, así la candidatura sea ideal, ahí comienza su deterioro. Necesitamos de una gran dosis de humildad y desprendimiento, como valores imprescindibles en una misión como ésta.
Considerando este último elemento, seguimos en lo mismo, la unidad tras la condicional de candidaturas y cargos, aunque duela, es una verdad irrefutable. Se dice que vaya el mejor, pero, ¿cómo convencer al otro que es el peor o por lo menos el menos mejor? Definitivamente nuestro plan consiste en promover una sola candidatura y un solo programa.
José Carlos Mariátegui, nos dejó un legado importante en estos casos al manifestar que, en un trabajo colectivo, cada hombre debe contentarse con un puesto de combate, pues no todos pueden encaramarse tras un cargo. Para entender este mensaje tan elemental, no es necesario ser un erudito, sino entender la teoría del zig-zag para llegar a la cumbre.
Si tras una autocrítica cada organización política conoce de sus potencialidades y debilidades, si ésta es hecha atendiendo a categorías dialécticas, cada uno sabrá en qué trinchera situarse sin mayores dudas, porque atendiendo a la ley de los cambios cuantitativos y cualitativos, cada uno es consciente del lugar que le corresponde.
No exageramos cuando decimos que en nuestro andar diario el pueblo exige unidad de las fuerzas de izquierda, independientemente que entre las mismas persistan diferencias insalvables, la población los percibe por igual. ¿Qué sucede si seguimos persistiendo en la dispersión de izquierda? dos cosas, desorientamos al pueblo en hacerlo consciente del real adversario derechista y no podemos exigir unidad al pueblo en esta misión cuando los líderes son incapaces de hacerlo o por lo menos intentarlo seriamente.
Las últimas décadas la izquierda peruana, el mayor torrente popular, está perdiendo por walk over al no tener candidato único y partido propio, lo que colige que su mayor problema no es la unidad sino la organización. Su actuar se reduce al triste papel dirimente para elegir entre dos partidos de derecha que logran pasar a la segunda vuelta. Así se dan triunfos a partidos que creemos son el mal menor, y lo peor de todo es que, luego del proceso electoral, se olvidan de su propia tarea de organizar el partido, poniendo en hombros el partido electo todas sus esperanzas.
Algunos líderes deben su presencia a la asistencia mediática de quienes quieren crear una izquierda de la derecha, una izquierda amoldada o menos radical, como manifiestan. Sabiendo que este elemento es decisivo para la victoria van a recibir presiones mediáticas de cualquier tono, sobre todo castigados con la indiferencia o invisibilidad y es ahí donde uno se convence si depende del sesgo periodístico o de la fortaleza de su postura y sus bases organizadas.
Siempre existirán quienes persistan, aun sabiendo que si vamos solos vamos al abismo, en el infantilismo de izquierda basado en el puritanismo ideológico o político. Este fenómeno que, a través de los años, amenaza en convertirse una fuerza de tradición, es el mayor peligro que afronta la izquierda peruana, pese a contemplar victorias electorales tras voluntades unionistas como en Ecuador, Bolivia, Venezuela o Argentina.
A éstos últimos amigos, debemos ponerle en tapete la experiencia en la derrota del zar, es decir, coadyuvemos en última instancia al triunfo de la minoría más cercana a la izquierda, para luego darle pase al triunfo de la mayoría de izquierda.
En el secular espíritu centralista y paternalista del Estado peruano, se mantiene la vieja idea que las provincias sigan siendo las esclavas que garanticen comodidades a la oligarquía limeña. Insinuán que todo reclamo viene concatenado a la acción de subversión, distorsión, politiquería, etc., La solución parte, para que no se confundan, que reconozcan que la descentralización no significa quitarle poder a Lima, sino que las provincias recuperen su poder. No es que a «Gregorio Santos en Cajamarca, Elmer Cáceres en Arequipa, pasando por Walter Aduviri en Puno y Vladimir Cerrón en Junín», se les ha ocurrido distorsionar la descentralización y la regionalización, sino que reclamamos que se pase al Estado federado y se deje el cuento del Estado unitario, en un país plurinacional. Lo peor de todo es que ese centralismo limeño, bueno sería que atienda a todos ellos y no es así. La persistencia de una tugurización extrema, de índices de tuberculosis asombrosa, analfabetismo, explotación de niños, conos de pobreza, delincuencia nacional y foránea, trata de personas, entre otras, en la ciudad capital, nos lleva a la conclusión de que ese 72% retenido para Lima del presupuesto nacional ni siquiera es para todos los limeños, sino para un pequeño grupo que usufructúa lo producido por los esclavos peruanos al interior del país. Se debe bregar por reforma política que permita destrabar la descentralización y avanzar. Si Lima tiene 10 millones de habitantes (27%) no es posible que retenga el 72% de presupuesto. Los acontecimientos en Bagua, Tía María, Espinar, Las Bambas, etc., son una muestra que el Perú Profundo sabe cada vez más de sus derechos, de un Perú que evidentemente no es el mismo de décadas atrás, entiéndanlo de una vez. Adentro hay un Perú patriota y no un Perú entreguista. No es posible que ustedes sigan dándo el 70% de las ganancias a las transnacionales y 30% al Estado peruano y nada a las comunidades, a cambio de mantener el subjetivo poder político y económico, que en realidad es expresión del poder de la metrópoli norteamericana, en manos de algunos felipíllos. Nuestra patria puede y debe cambiar, ahora los de abajo queremos y sabemos que los de arriba no podrán por mucho tiempo. Es el curso inexorable de la historia. Columna de El Comercio: https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/vizcarra-martin-solar-salvador-tia-maria-presidente-ministros-sombra-juan-paredes-castro-noticia-ecpm-656497
Hace un año que nos reunimos los compatriotas del Movimiento Político Regional Perú Libre (Junín) y del MAS (Movimiento de Afirmación Social – Cajamarca), en Lima. Analizamos la realidad de la política nacional y al fragor del debate, la brega de la unidad.
Para nosotros fusionar el Partido Perú Libertario con el Movimiento Perú Libre, no fue un tema fácil, pero era necesario. Quiero decir con esto que producto de esta fusión sacrificaríamos al Movimiento que nos había llevado dos veces a la victoria regional en Junín, en aras de fortalecer el Partido dotándole de un nuevo nombre, pero sacrificando la organización regional.
Un elemento similar se daba en el MAS de Cajamarca, homólogamente también tuvo dos gobiernos regionales y su líder, el compatriota Gregorio Santos, también estaba presente en el debate.
Frente a que se avizoraba una nueva oportunidad de unificar fuerzas, recordé la hazaña de Hernán Cortés que para conquistar México, y no dar marcha atrás, tuvo que quemar sus barcos e independizarse del imán que invitaba a retroceder a una organización que ya había tomado la decisión política que los llevaría al triunfo.
A la luz de este acontecimiento histórico, planteé e interrogué a Santos y a su militancia lo siguiente: ¿cuándo el MAS va a quemar sus barcos? puesto que Perú Libre había decidido quemar el barco regional, para fortalecer el buque insignia nacional, al que invitábamos a todos los compatriotas para emprender un largo viaje en busca de una nueva patria.
Un sentimiento de nostalgia invadió a los compatriotas del MAS, pero finalmente tomaron la decisión, en Cuzco con motivo del II Encuentro de Organizaciones de Izquierda Voces del Cambio, quemaron su barco regional y se sumaron a fortalecer el buque insignia de Perú Libre para las futuras batallas.
Hoy hemos obtenido la luz verde del Jurado Nacional de Elecciones para fusionarnos y fundar el Partido Político Nacional Perú Libre, que adoptará el símbolo del lápiz. Esta es una herramienta al servicio de la izquierda peruana, aquí no hay dueños ni herederos, todos ganan sus espacios con el trabajo demostrado, Agradecemos nuestra experiencia ganada en el campo de batalla regional para disponerlo en esta brega nacional.
Hace falta que los demás compatriotas de Voces del Cambio tomen una decisión al respecto, o quemamos los barcos y vamos al buque, o perdemos la oportunidad del triunfo.
Augusto Álvarez Rodrich, exfuncionario fujimorista, intelectual orgánico de derecha, que participó decididamente en la privatización de nuestras 228 empresas estatales, decidió inmolarse al plantear incoherencias revestidas de racismo e insultos, con el claro fin de desestructurar la unidad de la izquierda peruana que va consolidándose gradualmente.
Pero en realidad, ¿qué le molesta al señor?, será que si gana la izquierda, la verdadera obviamente, terminaría con los beneficios de los que hoy goza, solamente por hacerle creer al pueblo que lo bueno para los ricos es también bueno para los pobres.
En su praxis xenófoba en una ocasión osó tildarme de “Bolchonaro”, haciendo alusión indirecta a nuestra condición andina, cobriza o chola, como si eso a nosotros nos avergonzara, todo lo contrario, nos carga de pura identidad en nuestra propia patria, sin llegar al chauvinismo, donde no somos unos desterrados.
Habla mal de la izquierda, del socialismo y del comunismo, cuando fue ese fantasma que al recorrer Europa lo salvó del holocausto; no reconoce, y menos agradece, a los emancipadores de sus ancestros. Grandes incongruencias histórico político transcurren su mente producto de sus neurotraumas. Claro, el complejo de inferioridad, le hace sentirse superior en un país al que él considera inferior e inculto, al país de Cerrón, Cáceres, Santos o Mendoza.
Nos ataca de machistas, cuando en sus líneas no reconoce el liderazgo de Mendoza, solo porque no está de su lado derechista, y al sentirla perdida, insinúa a la izquierda que sea sustituida por la señora Glave. Es decir, ha enfilado batería contra una mujer, utilizando a otra, para jugar el ajedrez político, salvaguardando sus intereses. Es más, se da la licencia de sugerirle al pueblo izquierdista que busquen otros líderes.
Nuestro país ha cambiado, nuestra patria ha extendido fronteras, por ello hoy se habla de la Patria Grande, nos hemos dado cuenta que solos no podemos por ahora. Entiendo su postura, porque, respetuosamente, usted, no tiene independencia por la cual luchar en una tierra que es posible aún la considere ajena, a diferencia de nosotros.
Es la razón del por qué sentimos, a diferencia de su alma anestesiada, Conga, Tía María, Espinar, Bagua, Las Bambas, etc., entre otras. Esta es la razón del por qué mientras Odebrecht le entregue sobornos encubiertos de premios periodísticos, nosotros nos hemos declarado en rebeldía para rescatar nuestra patria.
Le molesta que hayamos desenmascarado su plan xenófobo anti-Venezuela revolucionaria, le molesta que en la “democracia” que ellos defienden exista una voz distinta, les molesta que el trauma de la postguerra vaya quedando atrás. Señor Álvarez, en realidad, si esto sucede, es que vamos bien.
Tía María es el nombre del proyecto minero cuprífero (incluye dos yacimientos Tía María y La Tapada), que pretende explotar la transnacional Southern Copper Corporation, del Grupo México, situado muy cerca al Valle de Tambo, involucrando a los distritos de Cocachacra, Mejía y Dean Valdivia, provincia de Islay, departamento de Arequipa.
Se calcula extraer un total de 425 millones de TN de cobre en La Tapada y 225 millones de TN de cobre en Tía María en 21 años. El valor comercial de 1 TN de cobre está alrededor de 11 mil dólares USD. De éstas ganancias, la Southern Copper Coprporation, se quedará con el 70% y solo el 30% para el Estado peruano. En la práctica, la comunidad de Valle de Tambo luchará contra dos “privados” la Southern y el propio Estado peruano, quienes son los directos beneficiarios de la explotación.
La transnacional ha prometido utilizar agua de mar desalinizada, pues necesita 235 litros/segundo, para su operación minera, sin embargo, Southern Copper Corporation, cuenta con un prontuario de incumplimientos que ya nada es creíble por la comunidad, sus dirigentes, ni el pueblo peruano. Más aún, si consideramos el mal antecedente del problema de Las Bambas donde otra transnacional prometió construir un mineroducto y jamás lo hizo. Lo más probable es que se utilicen las aguas subterráneas.
Pese a que la minera grita a los cuatro vientos que los yacimientos no están en el valle, todos saben que sus efectos ambientales, a tajo abierto, serán catastróficos no solo para la agricultura, sino para la propia salud humana. Experiencias al respecto no hacen mayor falta en un país minero como el Perú.
Esta es la razón del por qué, el 2009 que se realizó una consulta vecinal por las autoridades locales el 95% rechazó el proyecto, sin embargo, esto contrasta con la siempre comedida neoliberal Ipsos Perú que asegura que el 59% de la población está a favor, pese a que el conflicto hasta ahora ha conllevado a la pérdida de 7 vidas de agricultores y 1 de un policía.
Una vez construida la mina, en realidad se dará trabajo directo en solo 650 puestos de trabajo, aspecto que colisiona con los más de 20 mil agricultores del Valle de Tambo conformado por Cocachacra con 8,984 pobladores, Deán Valdivia con 6,619 y Punta de Bombón, con 6,477, según INEI al 2015. En otras palabras, tendremos a más 19 mil agricultores desempleados y sin capacidad para sostener económicamente a sus familias, cuya protección es deber irrenunciable del Estado peruano.
La nueva ley de minería anunciada por el presidente Martín Vizcarra, no tendrá ningún efecto sobre el proyecto Tía María, al que ya se le otorgó la licencia de funcionamiento, debido a que las leyes no son retroactivas, salvo los casos penales cuando favorece al imputado y éste no es el tema.
El pueblo de Arequipa en su conjunto está luchando de manera decidida para defender el Valle de Tambo y sus áreas aledañas. Ha dicho: ¡Tía María, No Va!, y habiendo dilucidado lo anteriormente expuesto, ésta es la postura del Partido Perú Libre, por lo que apoyamos todas sus luchas encabezadas por su gobernador regional, quienes iniciarán un paro indefinido este 5 de agosto, en contra del abuso de la transnacional minera.
La Constitución de 1993 tiene su sustento ideológico en el Consenso de Washington, reunión donde participaron los organismos y poderes mundiales de facto. Este acuerdo consigna despojar al Estado de todas sus facultades, deberes y derechos y transferírselos a las empresas mediante privatizaciones, cuyos dueños en la mayoría son norteamericanos.
Al lograr privatizar la educación, la salud, el transporte, la energía, las pensiones, los medios de comunicación, la banca, etc., simplemente Norteamérica gobierna todos nuestros sectores estratégicos y no estratégicos, sin haber disparado un solo tiro.
Al minimizar el Estado, éste se despoja de sus obligaciones que le representen «gasto» público, como las pensiones, educación y salud pública, fondos previsionales, etc., los mismos que quedan desfinanciados conllevando a incrementar la pobreza y dependencia del pueblo.
Un ejemplo palpable es la reducción o eliminación de la tropa de nuestro ejército, no tenemos ni los glóbulos blancos para resistir a cualquier infección militar extranjera, porque le genera “gasto” al Estado.
Esta es la razón del por qué debemos marchar hacia una Nueva Constitución mediante Asamblea Constituyente y luchar desde el plano parlamentario y extraparlamentario.
GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA Vladimir Cerrón Bien pudo haber crecido Bolivia en indicadores macroeconómicos y microeconómicos, trayendo prosperidad a su pueblo, pero si el pueblo no es consciente que ese bienestar se debe a un factor ideológico que impulsó determinadas políticas públicas, como la nacionalización de sus recursos, no sabrá valorar ni conservar las conquistas. Tras los fallidos intentos de los EEUU de rendir a los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, a punta de bloqueo e invasiones militares, el imperio llegó a la conclusión que la amenaza extranjera era contraproducente, porque exacerbaba el nacionalismo y por ende la compactación del gobierno con su pueblo, traduciéndose en la conformación de milicias. Evo Morales expulsó a la DEA, cerró la embajada de los EEUU, nacionalizó empresas transnacionales, solicitó visa a los norteamericanos que ingresaran a Bolivia y modificó su Constitución, lo que le permitió imponer nuevas reglas a la inversión extranjera, además de repatriar varios yacimientos mineros, gasíferos e hidroenergéticos. Bolivia comenzó a vivir un mejoramiento envidiable de su economía y era el país que mejor crecía a nivel latinoamericano. La misma prensa derechista utilizaba su imagen para su propio interés, pues Bolivia era el buen gobierno zurdo, mientras que a Venezuela era lo malo. A la par, el gobierno boliviano trabajaba arduamente en temas como la lucha contra el colonialismo, el imperialismo, el racismo y el machismo. El vicepresidente García Linera dijo que el trabajo sobre la superestructura era fundamental y llamó a crear un hegemonismo cultural y político a favor del socialismo. Pero, cuando Bolivia llega a la estabilidad económica, descuida el plano subjetivo, porque pensaron que hacer obras y tener buen índice de crecimiento eran suficientes para que el pueblo lo siga apoyando y abandonaron la lucha de las ideas. Acostado en los laureles Morales dedicó últimamente sus esfuerzos a incursionar más frecuente en la política internacional, estableciendo convenios con países como China y Rusia, descuidando el interior. La CIA vio esta vulnerabilidad ideológica no solo en el pueblo sino en los altos mandos militares y policiales y no es que la CIA sea tan fuerte como se pinta, pues su éxito radica en dependencia de la cantidad de felipillos que tenga el país. ¿Cómo podríamos entender que Venezuela bloqueado económicamente, aislado, amenazado militarmente con una invasión y con una conspiración mediática internacional brutal haya resistido y vencido a diferencia de Bolivia? Sencillamente Maduro y Chávez consideraban que las fuerzas armadas eran insuficientes para resistir y vencer ante una agresión a gran escala, además porque podrían ser infiltradas, por lo que debían organizar militarmente al pueblo y adoctrinarlo para neutralizar al enemigo externo e incluso interno. Hoy Venezuela cuenta con tres millones de milicianos y el imperio ha decidido el cese temporal de la agresión. Morales no lo entendió así, por el contrario, redundó en el error de Allende, lejos de armar al pueblo lo desarmó. Así, el golpe de Estado tenía todo el viento a su favor, pues para que a la par la policía y el ejército solicitaran la renuncia de Morales es porque fueron vulnerados ideológicamente, lo que explica el trabajo fino desarrollado por las organizaciones de fachada al servicio de la CIA. Para coronar el triunfo, la OEA jugó siempre su rol pro imperialista, fue la primera que indujo a la duda, sugirió una segunda vuelta, insinuó un fraude que posteriormente lo afirmó y recomendó nuevas elecciones, pero en realidad querían la renuncia o el magnicidio de Morales. Aun así, ahora Evo está derrocado, pero no derrotado y conforme lo vaticinó Túpac Katari volverá y será millones.
El Puente Comuneros fue una obra reclamada por nuestros pueblos hace más de 60 años, prometida por muchos políticos de todo orden, nivel y pelaje, alcaldes, diputados, senadores e inclusive presidentes de la República que es mejor no nombrarlos. Pero el intento más serio corresponde al exalcalde Pedro Morales Mansilla quien logró colocar unos pilotes de concreto sobre el río Mantaro los cuales finalmente fueron arrasados por sus aguas en una crecida de corriente, pese a este “fracaso” no podemos dejar de considerar el mejor propósito hasta entonces.
Hace más de medio siglo todas las generaciones fueron burladas, tras las falsas promesas muchos dejaron de existir anhelando ver esta obra. Quién no recuerda de niño los anuncios de la pronta ejecución del Puente Comuneros, una y otra vez, y cuando supuestamente estaba a un paso de cristalizarse, todo era mentira. Los pueblos de la margen derecha del río Mantaro fueron los que más lo sintieron al tener que dar una vuelta olímpica de horas para llegar a su destino, que de haber puente, lo harían en pocos minutos.
Como anécdota puedo contemplar en estas líneas un recuerdo paternal. Cuando niño, a los 10 años de edad, le pregunté a mi padre frente al “malecón” de la urbanización La Ribera, cuasi a orillas del río Mantaro, en circunstancias que nos alistábamos a cruzarlo al día siguiente y observando el puente artesanal hecho de madera: “¿Papi, cuándo van a construir el Puente Comuneros?”, mi padre, maestro de profesión, me respondió en son irónico o predictivo: “Cuando tú seas presidente, hijo”, esa fue su escueta respuesta. Hoy me convencí de que no era una ironía de su parte. También recuerdo que muchas vidas se perdieron cruzando en botes artesanales de madera ese caudaloso río Mantaro, murieron decenas de estudiantes, isabelinos y rosarinas, mayoritariamente.
Lo dicho por mi padre siempre anduvo rondando mi cabeza, bastó ese punzante recuerdo para que sea el motor de mis empeños, el estímulo de la sana obsesión, la llave que permite abrir la compuerta, la chispa que mueve el pistón o el motor que mueve la locomotora.
Una vez asumida la presidencia regional, una de las primeras acciones realizadas fue la solicitud de los estudios acerca de tan importante proyecto, prácticamente no había nada. Aquí conté con la acción diligente de nuestro joven gerente, Lic. Henry López Cantorín, quien se puso al ritmo nuestro y ordenó los primeros estudios de preinversión.
Revisando los documentos sobre las construcciones de los puentes en el Perú nos dimos cuenta de que la empresa pionera en construcción de puentes metálicos era SIMA (Servicios Industriales de la Marina), pues había construido cerca del 90% de los puentes del Perú. Inmediatamente nos constituimos al Callao para establecer reuniones de coordinación, luego los invitamos a Huancayo, para finalmente firmar un convenio de colaboración interinstitucional en la que ellos elaboraban el expediente técnico y luego ejecutaran la obra. SIMA, al ser una empresa del Estado peruano, no requería adjudicarse la obra por licitación, sino mediante este convenio conforme ampara la ley.
Como gobierno descentralizado asumimos ser la unidad ejecutora de este proyecto y una vez concluidos los estudios, iniciamos esta obra de largo aliento el 16 de diciembre del 2011 en medio de un jolgorio popular. Inicialmente se elaboró el expediente para que la obra tenga 300 metros de luz, sin embargo, una necesidad posterior extendió el proyecto de los accesos metálicos entre ambas márgenes en cerca de 200 metros más, conllevando a que el puente tenga una luz promedio de 5 cuadras de longitud.
Para lograr el presupuesto tuvimos que abordar en Palacio de Gobierno al presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, quien estaba recién electo. Para dicha reunión se mandó a confeccionar una réplica en plata de la maqueta del Puente Comuneros en miniatura, trabajado por los orfebres del distrito de San Jerónimo de Tunán, con lo que el presidente quedó deslumbrado y accedió al compromiso de otorgarnos el presupuesto total. Además, se trataba de una megaobra que también daría realce a su período de mandato.