Camaradas:
Quiero emitir un saludo virtual a toda militancia del Partido a nivel nacional e internacional y a todo el pueblo peruano en general, situación obligada por la pandemia, que hace que no pueda estrechar sus manos de manera personal como solíamos hacerlo antes en un gran ambiente de sincera camaradería.
Perú Libre cumple hoy doce años de existencia oficial y fue el primer movimiento político convertido en partido, hecho sin precedentes en la historia nacional. Es, además, la primera experiencia de fusión por absorción entre un movimiento regional y un partido nacional, no hay otro, ni habrá, según las leyes vigentes.
Perú Libre se convirtió a la luz de la historia del Perú como el primer partido nacional de izquierda de origen provinciano. Este pequeño, pero significativo esfuerzo, marca por primera vez una nueva postura en la cancha geopolítica nacional, los provincianos tenemos una voz, llevamos la bandera de la descentralización en un país secularmente centralista, pero por el otro flanco fue percibido, más que un atrevimiento andino, como una amenaza al status quo, emprendiéndose una feroz persecución judicial contra sus líderes.
Según el poder empresarial y financiero peruano, representado por sus partidos y medios, los viajes de los militantes a Cuba, Ecuador, Venezuela y Bolivia, confesaba nuestro alineamiento político con el bloque socialista latinoamericano, a esto se sumó la inclusión del Partido al Foro de Sao Paulo, pero lo que gatilló la insania político jurídica fue la casi bien lograda unidad de la izquierda peruana que iba viento en popa a finales del 2019 y que nos hubiera conducido, tras las elecciones congresales del 2020, a ser la primera fuerza parlamentaria, o en el peor de los casos, la tercera fuerza parlamentaria en el país.
Este temor de la derecha orientó fuerzas para emprender una persecución a sus principales líderes, entre ellos a quien habla y al compatriota Henry López, quienes ostentábamos los cargos de elección popular de gobernador regional de Junín y alcalde provincial de Huancayo, respectivamente, inestabilizando dos de los gobiernos más representativos, en un proceso altamente cuestionado por el pueblo, que servirá como elemento de juicio a la triste historia jurídica departamental. ¿La causa? Sentenciados por cumplir la ley, por cumplir una conciliación extrajudicial con carácter de sentencia, de título ejecutivo y de contrato cerrado vigente, sentencia que sin duda será recordada como el primer lawfare andino.
La derecha celebró este acto arbitrario porque estaban convencidos, como lo manifiesta un vocero aprista, de que la sentencia a Cerrón debía entenderse como un devastador golpe al antisistema, pues era considerado el enlace con Venezuela y los países bolivarianos. Esta circunstancia generó dudas en el frente de izquierda, donde además algunos elementos oportunistas aprovecharon para aislar al Partido, con la idea de que ellos lo podían todo, sin necesidad de aliarse con “corruptos”. Así lo hicieron, pero también así llevaron al frente al precipicio perdiendo las elecciones al no pasar la valla electoral, que sin duda alguna lo hubieran logrado con Perú Libre.
Pero algo aleccionador debemos sacar de esta crisis y es que el Partido tuvo que batallar solo, con sus propias fuerzas, en su primera experiencia electoral nacional. Perú Libre en su bastión Junín logró una votación mayoritaria que lo situó en primer lugar con más de 65,063 votos, lo que puede interpretarse como un rechazo popular a la persecución judicial y a la vez una reafirmación de la identidad política juninense. Lo más interesante viene en el conteo nacional, en el que el Partido obtuvo 502,898 votos, es decir, que la diferencia de 437,835 votos representa el crecimiento del Partido, el debut de sus nuevos líderes.
Es en esta circunstancia anteriormente mencionada, que el mundo declara que enfrentaremos la pandemia del coronavirus que a la fecha ha costado la vida a cerca de un millón de habitantes del planeta y más de veinte millones de infectados. Han favorecido a esta situación el cambio climático mundial, la aparición de nuevos agentes biológicos y la inmunosupresión del huésped, principalmente tercermundista.
Los resultados en América Latina, especialmente en el Perú, eran de esperarse, pero no de esta forma tan catastrófica. Muchos de los que han muerto no ha sido directamente a causa de la infección viral, sino también, indirectamente, por ser víctimas del sistema neoliberal imperante.
Los resultados comparativos entre los países socialistas y neoliberales latinoamericanos, demuestran de forma fehaciente que es el sistema económico social el que define el proceso salud – enfermedad de una sociedad. ¿Cómo es posible que, entre Cuba, Venezuela y Nicaragua, sumen solo 440 fallecidos y el Perú esté por encima de 48,000 muertos? ¿Cómo se explica que el Perú que tomó medidas rígidas de cuarentena esté en primer lugar de muertos por millón de habitantes en Sudamérica? Es evidente que la salud es la otra cara del modelo económico.
La pandemia evidencia aún más que el sector financiero y empresarial sigue manteniendo la filosofía de la avaricia a costas del impuesto que el Estado recauda del pueblo, no le importa si estamos en pandemia o no. Nuestra desgracia como pueblo, para ellos es una oportunidad de seguir acumulando riquezas, pese a que el Estado decidió echarse a la espalda el combate contra la plaga, el sector privado jamás quiso comprometerse hasta hoy, salvo limosnas en proporción a su incalculable poderío.
También el pueblo evidenció con más claridad la política neoliberal del saqueo del que somos víctimas a diario, mediante endeudamientos externos, intereses y comisiones bancarias, fuga de capitales, existencia de monopolios como el del oxígeno, cobros exagerados de servicios como la luz y la telefonía, etc.
El gobierno en su errada visión, cree que aumentar camas en los hospitales es la solución, que la atención secundaria terminará con la pandemia. No hay una mejor muestra del desconocimiento total respecto al manejo de la salud pública. Nuestro Partido planteó públicamente que la pandemia no se derrotaba en los hospitales, ni siquiera expropiando todas las clínicas del país, sino que se necesitaba un sistema de atención primaria masivo, gratuito, cercano y de calidad en todo el territorio nacional, es decir, en el trabajo de campo, para ello propuso inicialmente construir 3,400 consultorios vivienda de médicos de la familia en el lapso de tres meses, asegurando a 7 millones de peruanos de los sectores más vulnerables, con un costo económico de 1,020 millones de soles, monto lejano frente a los 60 mil millones de soles con que el Estado ha subsidiado, mediante Reactiva Perú, a las empresas más ricas del país que lo ostentan 17 familias.
En el plano económico la pandemia quebró muchas micro, pequeñas y medianas empresas nacionales, pero las grandes firmas fortalecieron su monopolio. Ahí terminó la falsa ilusión de los hermanos peruanos a quienes les hicieron sentir gente de derecha, “empresarios” en la refinada filosofía “emprendedora” neoliberal, para chocarse con su realidad y volver a ser guerreros de la supervivencia. Resalto esto porque a muchos de ellos en ese adoctrinamiento ideológico les enseñaron adorar el mercado y rechazar los principios de una sociedad humanista.
Por otra parte, la pandemia puso a prueba la capacidad creadora del pueblo, demostrando que era posible fabricar ventiladores mecánicos en suelo patrio, fabricar reactivos químicos para el diagnóstico del coronavirus, ingresar a la biotecnología en busca de una vacuna, fabricar oxígeno, fabricar protectores faciales, mascarillas, etc., a precios cómodos, que en tiempos de normalidad hubieran venido de Asia, Europa o Norteamérica, pasando de un estado nulo a uno incipiente en la industrialización y eso es bueno.
Así como descubrimos lo bueno, también descubrimos lo malo. Un Estado obsoleto, en crisis, represivo y persecutor con un Poder Ejecutivo que sigue apostando por los ricos; un Poder Legislativo que demostró que un cambio de Congreso no soluciona la problemática de nuestra sociedad, sino que defiende sus lobbies; un Poder Judicial que liberó a los líderes y empresarios de derecha y encarceló a los líderes y dirigentes populares de izquierda.
¿Qué hacer para terminar con esta tragedia? Cambiar la Constitución individualista, mercantilista, privatista y entreguista, por una que emane del seno popular en su propio beneficio, y en este intento tenemos que admitir la existencia de tres grupos en la sociedad peruana. Un primer grupo pequeño que ha creado y defiende la Constitución, un segundo grupo pequeño que ha leído y promueve el cambio de la Constitución y la existencia de un tercer grupo mayoritario, quizás el más importante, el que no ha leído la Constitución. Este último grupo que no ha leído su sentencia de muerte, con la ignorancia, contribuye al fortalecimiento del primero.
Para que esto no siga ocurriendo necesitamos una fuerza de ideas que contrarreste la ideología neoliberal, me refiero a la necesidad de una voz discrepante a la “normalidad”, que deba potenciarse en los lugares existentes y activarse donde no las hay. Ahora la principal tarea del Partido es educar y persuadir al pueblo de la trascendencia que significa el cambio de la Constitución para su vida presente y futura, invitándolos a un análisis crítico de la Constitución neoliberal, tarea que solo puede ser obligación de la izquierda, porque no es compromiso de la centroizquierda, menos de la centroderecha, ni de la socialdemocracia.
¿Qué necesitamos para llevarlo a cabo? Necesitamos unidad, y si no fuera posible conseguirlo, empecemos por la alianza, razón por la que Perú Libre nunca renunció a convocar a la más amplia unidad popular y sin mezquindades. Sabemos también que en pleno proceso de embriogénesis la unidad estará siempre conspirada por factores externos e internos, y de estos dos los más peligrosos son los factores internos, quizás los que definan la vitalidad o mortalidad embrionaria, razón por la que cada miembro integrante de la alianza debe llamar a la disciplina y lealtad en sus filas.
Nuestro Partido saluda todos los intentos partidarios y de organizaciones sociales que van tras el objetivo del cambio constitucional, la recuperación de nuestros recursos estratégicos y el cambio de modelo económico en beneficio de las grandes mayorías del país.
Finalmente, no puedo dejar de expresar las condolencias a los familiares y al Partido por sus miembros fallecidos en esta pandemia, donde se han perdido cuadros muy valiosos a nivel nacional, quedándonos el compromiso de honrar sus memorias haciendo realidad sus sueños de libertad, que también son los nuestros.
¡VIVA EL XII ANIVERSARIO DEL PARTIDO PERÚ LIBRE! ¡VIVA LA UNIDAD DE LAS ORGANIZACIONES POPULARES!
Lima, 13 de agosto del 2020
Dr. Vladimir Cerrón Rojas
Secretario General Nacional
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