Vladimir Cerrón (*)
Antonio Gramsci decía que coexisten dos formas de Estado en una nación. En el Perú sería el Estado Restringido que es el habitualmente conocido por nosotros, conformado por el Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial, pero también existe el Estado Ampliado, conformado en su extensión privada por los grandes empresarios y en su extensión social, conformado por la llamada Sociedad Civil representada por las ONG. El primero solo es la avanzada del segundo que detenta todo el poder.
Hace pocos días sostuvimos un conversatorio virtual por las redes, por no decir una polémica con el exgobernador regional de Ica, Fernando Cillóniz Benavides (**), quien es un defensor del sistema neoliberal y por ende del Estado Ampliado. La conversación fue alturada y respetuosa.
Cillóniz decía que el problema del país era el Estado obsoleto y que este había fracasado, que había que reducirse la planilla burocrática y combatir la corrupción como el tráfico de influencia, ejemplificando con el caso Richard Swing. Está convencido de que el único componente que genera riqueza y prosperidad en el país es el sector empresarial privado, y es partidario de que el Estado sea más reducido y desprovisto de mayores facultades, en otras palabras, que el inversionista privado, nacional o extranjero, debe hacerse cargo de la vida de la nación.
Mi postura fue que, si el Estado ha fracasado, como lo sustenta Cillóniz, es casualmente porque es dirigido por los empresarios privados, aspecto que él niega. Sin embargo, es fácil demostrar, una vez electo el Presidente este elige a sus ministros empresarios. Pedro Pablo Kuczynski fue ministro de Economía y luego presidente, fundador de la empresa Westfield Capital y First Capital; el actual presidente, Martín Vizcarra, es fundador de la Sociedad Empresarial G y M Vizcarra; el padre y el hermano de la ministra de Economía, María Antonieta Alva, son accionistas de la empresa Hidroenergía Consultores en Ingeniería S.R.L; el ministro de Energía y Minas, Luis Miguel Incháustegui Zevallos, director de Inmobiliaria Parque de Paz, propiedad de su padre, consultor del BID, director en Turmalina Metals Corp y Cañariaco Cooper Peru y vicepresidente de la compañía sudafricana Golds Fields. Así sucesivamente haríamos una larga lista. Todos ellos trabajan para favorecer a sus pares y viceversa, pues este es el famoso Estado Ampliado.
Cillóniz cree que el problema del Estado es la corrupción, pero que selectivamente lo encuadra en el tráfico de influencias, que es importante, pero no principal. El problema no son los “Richard Swing”, que no pasan de ser cortinas de humo, la gran corrupción viene de los contratos ley que el Estado no puede (ni quiere) modificarlos, y de la apropiación de nuestros recursos energéticos. Ahí se exoneran de impuestos, canon, sobrecanon, derechos de vigencia, devolución de impuestos, entre otros, que en realidad son un enorme robo al país.
Cillóniz también mostró una estadística sobre la recaudación del Estado, iniciada con el mandato de Fujimori, la misma que se había incrementado sostenidamente, pero lo que rebatí fue que eso que llama “éxito” solo corresponde, en parte, al 30% de las utilidades dejadas por las transnacionales porque ellos se llevan el 70%, y que la recaudación tenía que ser, en realidad, tres veces más. Además, la solución no parte por la recaudación, sino por quién administra lo recaudado, obviamente no es el pueblo peruano.
Afirmé que el Estado peruano contaba con cerca de 70 mil millones de dólares de reservas en el BID y que no se hacía uso de ello prefiriendo el endeudamiento. Cillóniz rebatió mi postura afirmando que el monto era cierto, pero que no se encontraba solo en el BID, sino que estaban invertidos en bonos, lingotes, préstamos, etc. Cillóniz es ingeniero en economía y sabe lo que dice. Pero, en realidad, lo que nos dijo fue que no hay reservas y no pasa de ser un eufemismo para engañar al pueblo, porque si están invertidas entonces no existen las reservas, la cosa es clara. Es lo mismo que sucedía con FONAVI y sucede con las AFP y ONP, donde nuestros fondos fueron prestados a los bancos.
Me sorprendió que abogue por la medicina y la educación gratuitas y por un sistema único entre Minsa y EsSalud, aspecto que compartimos, pero obvió al sistema privado de salud. A esto le recordamos que el Estado, mediante su Ministra de Economía, se opone a darle el 6% del PBI a Educación, y de Salud mejor no hablamos, porque tienen otras prioridades.
Cillóniz dijo que eso del “imperialismo” era solo un pretexto, pero le recordamos que los diez puntos del Consenso de Washington están recogidos en el Régimen Económico de la Constitución de 1993 y que, si no se cambia la misma, en el Perú no se cambia nada.
Finalmente, algo en que coincidimos plenamente fue cuando afirmó que la vacuna por él es bienvenida, aunque sea rusa, cubana, norteamericana o inglesa, aspecto que saludo porque los empresarios del Estado Restringido y del Estado Ampliado no piensan igual.
(*) Exgobernador regional de Junín
(**) Exgobernador regional de Ica