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China es un Estado socialista

CHINA ES UN ESTADO SOCIALISTA

Vladimir Cerrón

La República Popular Democrática China, claro que sí es un Estado socialista y no debe encerrar ninguna duda frente a los cuestionamientos liberales, anarquistas o fundamentalistas. Empero, lo preocupante no es esta guerra avisada, sino la carencia o desconocimiento de elementos políticos objetivos de nuestros militantes que no les permite defender el socialismo aplicado a su realidad, lo que contribuye a perder terreno en la lucha ideológica mundial.

Para entender a China es necesario analizar su vigente constitución política, promulgada el 4 de diciembre de 1982, caso contrario, caeríamos en la duda de su esencia ideológica, política y programática, camino al que quisieran llevarnos los capitalistas. Este documento rector indudablemente se desarrolla sobre las bases ideológicas del marxismo-leninismo y se reconoce como tal.

También debemos considerar que China desarrolla el socialismo con características propias, atendiendo a su identidad cultural, política y social, dentro de China, por lo que debemos entender que, al estar en un ámbito planetario capitalista, fuera de sus fronteras tiene que adaptar su política comercial exterior atendiendo a las leyes de este sistema, lo cual es aprovechado por sus enemigos para tildarla de capitalista.

Ahora, veamos qué ocurre en la realidad china. Según el marxismo, el socialismo no es anticapitalista, sino poscapitalista, lo que quiere decir que no desecha la buena herencia que deja el modo de producción anterior, pero que, a diferencia de ello, en el período socialista el capitalismo pasa a ser de un capitalismo privado a un capitalismo estatal, es decir, todo el usufructo para la sociedad, no para el dueño de los medios de producción. Finalmente, recordemos que el mercado no es un patrimonio exclusivo del capitalismo, sino una herencia de la humanidad.

La economía se subordina a la política, en otras palabras, el capital se subordina al trabajo o, dicho en nuestro lenguaje, el mercado se subordina al Estado. Esto es marxismo puro. Para China, la primera fase del socialismo, es el capitalismo de Estado, su segunda fase es el socialismo de mercado, para aspirar a su tercera y última fase, el comunismo. Esta segunda etapa, muy controversial, por cierto, es el aporte chino a la teoría marxista en los hechos.

Engels decía que el capitalismo es un producto social y no privado, razón por la que sostenemos que el empresario no genera trabajo ni riqueza, sino que son los trabajadores que generan la riqueza, más específicamente el proletariado. La prueba es que, en la economía socialista, siempre existen trabajadores y producción de riqueza, en ausencia del usurero empresario privado.

Stalin diferenció muy bien el anarquismo del socialismo, estableciendo que el primero era federalista y el segundo apostaba por el Estado unitario con un poder centralizado. Efectivamente, el Estado chino no es una república federal, como los países de occidente, siguiendo los lineamientos marxistas, sino un Estado unitario, inclusive pueden coexistir en una sola China dos sistemas, como en el caso Hong Kong, donde la mitad del parlamento lo elige el pueblo y la otra la cámara de comercio. El caso Taiwán es otra particularidad.

En esta etapa del socialismo, aún persiste la existencia de clases sociales, por ello es que China llama a la unidad pluriclasista, la misma que está representada por el proletariado, como vanguardia, el campesinado, la pequeña burguesía y la burguesía nacional patriótica. Es esta alianza la que hace posible que el Estado socialista no quede paralizado durante la transición. Como en la bandera de la URSS, donde la hoz y el martillo representan la alianza del campesinado y el proletariado, análogamente en la bandera china se representa al partido con una estrella grande y al costado cuatro estrellas pequeñas, que representan las cuatro clases sociales aliadas.

El Estado socialista apuesta por la economía planificada, es decir, lo contrario al libre mercado, a la mano invisible del capitalismo. China aplica sus planes quinquenales, similar a los aplicados por Stalin después del comunismo de guerra y la Nueva Política Económica de Lenin. Para garantizar el éxito de este método, el Estado tiene que ser dueño del poder financiero, es decir, de todos los bancos, constituyéndose el sector estatal como la fuerza rectora de la economía, sin ella, la planificación no podría tener seguridad de éxito. El resultado desde 1953 permitió que 900 millones de chinos salgan de la pobreza.

Las grandes empresas nacionales y transnacionales son propiedad del Estado chino, propiedad del pueblo chino, como las empresas de telefonía móvil, construcción, ferrocarriles, petróleos, bancos, electricidad, etc. También existen empresas mixtas con capitales estatales y privados, además de cooperativas privadas cuyos dueños son los trabajadores, como Huawei, Sinopharm, Chinalco, Lenovo, etc., pero estas no pueden ser componentes de la gran economía, solo de la mediana y pequeña. Este control es un rasgo fundamental del socialismo, la economía supeditada a la política.

China no tiene ambigüedades al declararse constitucionalmente una dictadura democrática popular, dirigida por el proletariado en alianza con las otras clases. Su gobierno unitario tiene un gobierno nacional y gobiernos locales, toma sus decisiones en asambleas populares y aplica el centralismo democrático, para la toma de decisiones. Todo funcionario es electo, fiscalizado, revocado o ratificado por el pueblo y en gran medida está sujeto al mandato imperativo de sus electores.

En China todos los medios de producción son propiedad del pueblo, no se pueden enajenar, alquilar, prestar, etc., está prohibido la explotación del hombre por el hombre y, según el postulado marxista del Manifiesto del Partido Comunista y la experiencia de la Comuna de París, todos reciben los beneficios de la sociedad cada quien según su necesidad y según su capacidad (o trabajo en la Constitución).

Otro principio leninista aplicado es la conducción del Estado por un partido de vanguardia, el partido único que garantice la unidad del pueblo, el Partido Comunista de China, quien dirige al Ejército de Liberación Nacional y todo el sector estatal. Es decir, la unidad marxista-leninista: Partido, Ejército y Frente (Estado).

Respecto a las empresas transnacionales extranjeras, China obliga constitucionalmente la incorporación en sus directorios a sus funcionarios, quienes son técnicos militantes del Partido Comunista de China con la misión de salvaguardar los intereses del pueblo. Cuando una empresa extranjera invierte, sus derechos pasan a ser amparados solamente por las leyes nacionales y de las utilidades obtenidas, el 60 % pertenece al Estado (Ejemplo, el tratado con Mac Donalds).

China deja establecido en su Constitución que son propiedad del pueblo: los yacimientos, los minerales, las aguas, los bosques, las montañas, las praderas, las tierras vírgenes, los bancos de arena, los bancos de tierra, etc., prohibiendo a toda organización o individuo a apropiarse, excepto, la propiedad colectiva, donde los dueños son los trabajadores, prevista en ley.

La macroeconomía siempre es socialista en el Estado chino, y ningún privado puede conducirla, ni disponer de ello. En la microeconomía se permite la libertad de empresa y la promoción del sector privado, incluyéndose también la economía individual. Estas dos últimas son consideradas como un suplemento o complementaria al sector social de la economía socialista, en ningún caso están por encima del interés social.

Las tierras urbanas y las tierras del campo son propiedad del Estado, pero además existe la propiedad colectiva, cuyos dueños son los trabajadores. China protege el derecho de propiedad de los ciudadanos sobre sus ingresos, ahorros, casas vivienda y herencia. Es falso que en el socialismo nada le pertenezca al individuo, campaña de miedo y desinformación frecuentemente utilizada por el capitalismo.

La educación, la salud, la cultura, el arte, la capacitación académica continua, son garantizados por el Estado. El estudio del materialismo dialéctico e histórico, del patriotismo y el movimiento socialista, son obligatorios. Asimismo, los medios de comunicación, periódicos, radio, televisión, casas de cultura, museos, etc., son propiedad del pueblo y del socialismo.

La planificación familiar está dirigida por el Estado, para garantizar que el crecimiento poblacional coincida armónicamente con el desarrollo económico de la sociedad china, evitando una explosión demográfica que rompa ese equilibrio, conllevando escasez y regresión a la pobreza que impida salir del subdesarrollo. Todos los estados socialistas tienen esta premisa, lo que les permite lograr objetivos de buenos índices de desarrollo humano a corto y largo plazo.

El Estado controla el monopolio del orden público, reprime la alta traición y las actividades contrarrevolucionarias. No hay ejércitos privados como en los países capitalistas altamente desarrollados. Las fuerzas armadas pertenecen al pueblo y desarrollan tres misiones principales: fortalece la defensa nacional, protege el trabajo pacífico del pueblo y asume tareas de construcción en la producción social. El ejército no tiene una política injerencista sobre otros países. El Estado intensifica la revolución continua de las fuerzas armadas.

En la cúspide estructural del Estado chino se encuentra jerárquicamente la Asamblea Popular Nacional, como órgano supremo en lo político, cumple exclusivamente las funciones legislativas, constituyendo en la práctica una asamblea constituyente permanente y, debido a su magnitud, delega algunas funciones específicas en el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional que lo representa. Lo integran los diputados regionales, provinciales y distritales, pero todos subordinados al Poder Central del Partido Comunista de China y al Ejército de Liberación Nacional. Se renueva cada cinco años, mediante el voto popular.

La Asamblea Popular Nacional tiene por funciones reformar la Constitución, elabora el código penal, el código civil y las leyes orgánicas del Estado, elige al Presidente y Vicepresidente de la República, decide el nombramiento del Primer Ministro del Consejo de Estado a propuesta del Presidente de la República, a propuesta del Primer Ministro del Consejo de Estado, el nombramiento de los Viceprimeros Ministros del Consejo de Estado, Consejeros de Estado, Ministros, el Auditor General y el Secretario General del Consejo de Estado. Elige al Presidente de la Comisión Militar Central, Presidente del Tribunal Popular Supremo, Fiscal General de la Fiscalía Popular Suprema, aprueba el plan de desarrollo socioeconómico, examina y aprueba los presupuestos del Estado, ratifica la creación de provincias, regiones autónomas y municipios, decide la guerra y la paz.

El Presidente de la República Popular China, de acuerdo con las decisiones de la Asamblea Popular Nacional y de su Comité Permanente, promulga las leyes, nombra o destituye al Primer Ministro, los Ministros, Auditor General y Secretario General, otorga las condecoraciones y los títulos honoríficos del Estado, decreta la amnistía especial, impone la ley marcial, declara el estado de guerra y decreta la movilización. No puede reelegirse más de dos mandatos continuos.

La Comisión Militar Central dirige las fuerzas armadas, ejército y policía, de todo el país, está integrada por: el Presidente, los Vicepresidentes y los miembros. Practica el sistema de responsabilidad personal de su Presidente, tiene el mismo periodo de mandato que la Asamblea Popular Nacional y responde ante la Asamblea Popular Nacional.

El Estado chino tiene la concepción de que la liberación de China se tiene que dar en el mundo real y con los medios reales, no a través de subjetividades ideológicas o de otra índole. La burguesía utilizó la imprenta para liberarse del feudalismo, pese a que la imprenta fue inventada en el feudalismo, en la misma lógica, el socialismo debe utilizar las herramientas del capitalismo para combatirlo y superarlo (desarrollo tecnológico, redes sociales, telefonía móvil, etc.), aunque en realidad, es la masa trabajadora la que produce las herramientas de producción, no el feudal y menos el empresario capitalista.

La gran lección que deja China como aporte del maoísmo a la teoría marxista es su gran salto dialéctico del modo de producción feudal al socialista, sin transitar obligatoriamente por un capitalismo desarrollado, del mundo de la rueda al mundo digital. China ha sacado de la pobreza no solamente a su país, sino a las ¾ partes de la población mundial, muchísimo más que las instituciones del capitalismo como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, etc., los cuales tienen fines contrarios.

Frente a estos irrefutables triunfos del socialismo chino, al capitalismo no le queda más que decir que China es capitalista, con fines de opacar el acierto político y el legado de la revolución, algo que definitivamente no lo lograrán, tan cierto como la imagen de Mao Tse Tung en su moneda nacional.

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