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Es vital para la izquierda defender al Gobierno, la Revolución Bolivariana y al pueblo venezolano

Vladimir Cerrón

Después de Cuba, Venezuela fue el país que decidió tomar el camino socialista y demostrarle al mundo que podamos enfrentar al imperialismo norteamericano desde una postura ideológica, política y programática, en democracia y acorde a las necesidades del pueblo en vías de su propia redención. Los años 2015 y 2016 no le fueron tan bien a la izquierda latinoamericana, puesto que, después de perder los gobiernos progresistas de Argentina y Brasil, en Bolivia Evo Morales perdí­a el referendum para gobernar un período más. Esta mala racha fue seguida de la muerte del líder mundial Fidel Castro. Para beneplácito de la derecha, se vio mellada la fortaleza del Alba, Celac y Unasur, fundamentalmente. Se frotaban las manos, pensando que los heraldos negros iban anunciando la muerte de la izquierda. Lamentablemente, este deseo derechista encontró un punto de quiebre en sus aspiraciones, pues no contaban con la reelección de la izquierda en Ecuador con el que Rafael Correa deja al camarada Lenin Moreno al mando para continuar la ruta al socialismo. Así­, la resistencia venezolana y ecuatoriana, inspiran a continuar por la ruta correcta, la ruta antimperialista por supuesto. Empecemos a explicar el futuro latinoamericano y el resurgimiento de la izquierda latinoamericana. En Ecuador ha triunfado la izquierda con Lenin Moreno; en Bolivia es posible que Evo Morales se mantenga en el gobierno un periodo más; en Argentina con toda seguridad volverá la izquierda tras el desastroso gobierno de Macri; en Brasil volverá la izquierda con Lula da Silva pese a la agresión mediática; Nicaragua mantendrá el rumbo con Daniel Ortega; Cuba seguirá resistiendo con Raúl Castro; y Venezuela está dispuesta a defender con sangre su revolución bolivariana. En el resto de países latinoamericanos, vemos a Chile que no quiere meterse en problemas, puesto que su poderí­o militar hasta ahora logrado, que le es garantía de cierta hegemonía, se lo debe a los EEUU. Pero, peor aún, tenemos a Perú que en nada contribuye a esta gesta latinoamericana, que por el contrario, se ha vuelto la celestina del imperialismo atacando a Venezuela y dando asilo a tanto disidente. En el extremo, cercano al nuestro, tenemos a Colombia con su clara postura pro norteamericana. En este orden de ideas, corresponde a los partidos de izquierda llevar la vanguardia de la revolución, que lógicamente no será fácil, puesto que tenemos a un sector tibio de la izquierda que prefiere dar la espalda a la revolución bolivariana desde una universidad norteamericana y por el otro extremo diametralmente opuesto a los líderes de la izquierda perseguidos judicialmente. En este contexto Perú Libre tiene una gran responsabilidad que tiene que analizar rápidamente ¿cómo enfrenta el problema?, antes que sea tarde.

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