Categorías
ENSAYO

El Materialismo Contemplativo de Manuel González Prada a la Luz del Desarrollo del Movimiento Obrero Peruano

II CONGRESO NACIONAL DE FILOSOFÍA

CUSCO – PERÚ (1986)

Jaime Cerrón Palomino

Resumen.

Los intentos más serios por construir una Historia de las Ideas y/o una Historia de la Filosofía en el Perú (Salazar Bondy, Sobrevilla, etc.) por motivaciones de orden perjudicial no consideran el desarrollo del movimiento obrero en el Perú y por ende el influjo que el proletariado ha tenido en la gestación de las ideas representativas en pro de las fracciones de clase marginadas del escenario político.

Las posturas asumidas primero por Manuel González Prada y luego por José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre, fueron y son solo el reflejo del estado de desarrollo de la clase obrera en el Perú, clase que, en un primer instante estuvo absorbida por completo por las ideas anarquistas y anarcosindicalistas, y después atraía hacia el marxismo, para luego resultar ser seducida infructuosamente por tendencias eclécticas perniciosas, entre ellas por el relativismo.

Del mismo modo que en los países de formación económica-social capitalista, el marxismo fue enfrentado con un abanico de filosofías de corte capitalista, en el Perú, país dominado  económica y culturalmente por las metrópolis imperialistas, que irradió el pensamiento pro-capitalista, a través de intelectuales orgánicos, con miras a frenar no solo el despertar de la clase obrera, sino de prolongar el estado de postración de la sociedad en su conjunto.

Una legítima historia del desenvolvimiento de las ideas filosóficas en el Perú no debe presentar su contenido al margen de la lucha ideológica que opera no solo en los claustros universitarios, sino también en los senos de los partidos políticos, sindicatos, municipios y organizaciones sociales diversas.


Share
Categorías
ARTÍCULO

Jaime Cerrón Palomino XXVIII aniversario de un crimen impune del Apra

Vladimir Cerrón

El secuestro, tortura y acribillamiento del que fue víctima Jaime Cerrón Palomino, el 8 de junio de 1990, no fue más que la expresión pura de la lucha de clases en la sociedad peruana. Pero, ¿quién era Jaime Cerrón, por qué lo mataron? Era un destacado profesor de filosofía y ciencias sociales, un académico por excelencia, además de autoridad universitaria. Ese fue su único y gran pecado.

Sucede que en el Perú se vivía un proceso de guerra interna entre el Estado peruano y las fuerzas subversivas y en el trance de ésta, ambos grupos recurrieron a prácticas de terrorismo. Así, el actuar del Estado fue tan igual o peor aún que el insurgente.

Después de muchos desaciertos, el Estado peruano llegó a comprender que esta guerra no se ganaba solo en el campo de batalla, sino más allá, en el campo de las ideas, es decir, a nivel de la superestructura.

A la luz de éste análisis, el Estado decide reprimir la institución que provee a la sociedad de generaciones con determinada orientación ideológica y política decidiendo «diezmar» intelectualmente a la Universidad Peruana, como medida de profilaxis política.

Para esto, la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, cuna de Sendero Luminoso, ya estaba neutralizada, tal es así que ni siquiera fue necesaria intervenirla y menos instalar una base militar en su interior, como pasaría luego con la Universidad Nacional del Centro del Perú.

Los alumnos fueron el primer órgano diana reprimido en la comunidad universitaria, seguido de los maestros y tangencialmente algunos trabajadores no docentes. La UNCP, registra en su historia un promedio de 250 estudiantes entre asesinados y desaparecidos, una decena de profesores asesinados y otra de administrativos. A diferencia de lo ocurrido justiciablemente con la Universidad La Cantuta, no hay un solo soldado sentenciado respecto a la UNCP, poniendo en relieve el carácter centralista de los Derechos Humanos en el país.

Sin lugar a dudas, la UNCP fue la institución más brutalmente y sistemáticamente reprimida por el Estado peruano.  El gobierno aprista al mando de Alan García Pérez y posteriormente el gobierno de Alberto Fujimori, decidieron aplicar la política de secar la piscina para atrapar al pez que quieran, independientemente del costo de las demás vidas.

Jaime Cerrón es asesinado cuando ocupaba el cargo de vicerrector académico de la UNCP, no era un docente cualquiera, eliminarlo en su cargo llevaba un «mensaje de baja intensidad» a la comunidad universitaria, pues si pueden terminar de esa forma con una autoridad ningún miembro de ésta podría sentirse seguro.

Así comenzó la deserción universitaria de maestros y alumnos y luego vendría el cambio de currículum y los nuevos esclavos, acéfalos en política, creados para soportar el sistema.

Los patrones del secuestro, la tortura, la mutilación, la eliminación de testigos, la extorsión económica, la persecución familiar, el mensaje terrorista a la sociedad y la impunidad, se cumplen cabalmente en el crimen contra Jaime Cerrón hasta hoy en día y son patrones que caracteriza sin lugar a dudas a un crimen más de lesa humanidad, de los miles perpetrados por el Estado peruano.

¡Jaime Cerrón Palomino! ¡Presente!

Share