Categorías
ARTÍCULO

Tragedia en Real Plaza Trujillo exige fiscalización municipal contundente en ejecución de obras privadas por irresponsabilidad empresarial

TRAGEDIA DE REAL PLAZA TRUJILLO EXIGE FISCALIZACIÓN MUNICIPAL CONTUNDENTE EN EJECUCIÓN DE OBRAS PRIVADAS POR IRRESPONSABILIDAD EMPRESARIAL

Ing. Uberlinda Zevallos Flores

La tragedia del 21 de febrero, que enlutó familias tras la pérdida de seis vidas y más de ochenta heridos de gravedad debido al colapso del techo del patio de comidas del Real Plaza Trujillo, ha conmocionado al país y nos lleva a preguntarnos cómo se pudo haber evitado este desastre.

Actualmente, las municipalidades tienen dos funciones principales respecto a las edificaciones privadas: otorgar licencias de construcción y de funcionamiento. Aunque también tienen funciones de fiscalización y control, no participan activamente durante la construcción, principalmente por falta de normas específicas y financiamiento. Esto deja la responsabilidad total en manos del empresario o propietario de la edificación.

En contraste, el Estado peruano invierte grandes sumas de dinero en la supervisión de obras públicas, como hospitales, colegios, sistemas de agua y desagüe, carreteras, puentes y reservorios. Según un reporte de la Contraloría General de la República, entre 2013 y 2023, el Estado gastó 237,198 millones de soles en construcción de obras por contrata, administración directa y consultoría, lo que incluye los estudios, expedientes técnicos y la supervisión de obras.

El gasto en supervisión de obras públicas suele oscilar entre el 2 % y el 10 % del presupuesto total del proyecto, con un promedio del 6 %. Esto significa que, en una década, el Perú ha destinado aproximadamente 14,232 millones de soles a la supervisión de obras públicas, lo que representa cerca del 1% del gasto público total.

La supervisión de obras es fundamental para garantizar que estas se ejecuten de acuerdo con los expedientes técnicos y los planos y se obtenga una obra de calidad que cumpla con su propósito de servicio y seguridad.

La Ley Orgánica de Municipalidades establece que las municipalidades deben ejercer labores de fiscalización y control. Sin embargo, esta función no está debidamente normada durante la construcción de obras privadas ni cuenta con el financiamiento necesario para su cumplimiento. Mientras el Estado invierte significativamente en la supervisión de obras públicas, en el ámbito privado, la responsabilidad recae únicamente en el empresario o propietario, sin un control efectivo que garantice el cumplimiento de las normas técnicas.

Es urgente fortalecer las capacidades de fiscalización y control de las municipalidades, especialmente en edificaciones que acogerá a una gran cantidad de personas, como centros comerciales, cines y discotecas, para asegurar que estas construcciones cumplan con los estándares de seguridad.

Propuestas concretas:

  1. Creación de una tasa de fiscalización de obra: El empresario o propietario o responsable de la obra, persona natural o jurídica, es quien debe pagar este derecho a la municipalidad correspondiente.
  2. Normativa más estricta: Desarrollar normativas para que las municipalidades realicen inspecciones periódicas por parte de un profesional competente, durante la construcción, con un cronograma de actividades firmado por la contratista y el supervisor de obra, donde se especifique las fechas clave que permita verificar el armado de las estructuras, vaciado de concreto, conexiones y verificación de calidad de los materiales, entre otros. Al finalizar la obra, para los siguientes trámites municipales, será de carácter obligatorio el manual de operación y mantenimiento de edificación.
  3. Padrón nacional de obras privadas seguras: Se empadronarán las edificaciones nuevas o existentes, que sean seguras. Para esto se fortalecerá las inspecciones técnicas de seguridad en edificaciones a cargo del profesional competente, con énfasis en estructuras, electricidad, conexiones de gas, sistemas contra incendio y otros.
  4. Sanciones más severas: Implementar sanciones económicas y judiciales para los empresarios o propietarios y constructores que no cumplan con las normas técnicas y de seguridad, o que no permitan a los fiscalizadores acceder a todos los espacios de la construcción a fiscalizar.

La vida y la seguridad son derechos reconocidos en la Constitución, y es una necesidad pública que las municipalidades asuman un rol más activo en la fiscalización de obras privadas, especialmente en aquellas que van a acoger a una gran cantidad de personas. Solo así se podrán prevenir tragedias y el dolor que genera perder vidas de los hijos e hijas de nuestro pueblo, como la ocurrida en el Real Plaza Trujillo.

Share
Categorías
ARTÍCULO

La pobreza en el Perú

LA POBREZA EN EL PERÚ

Uberlinda Zevallos Flores (*)

El último informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) señala que hasta el 2023 existen un total de 9 millones 780 mil pobres en el Perú. Es decir, un 29% de los peruanos son pobres, 3 de cada 10 con un ingreso menor de los 446 soles mensuales. Además, del 71% restante, un 31,4% están en vulnerabilidad de convertirse en pobres, y se sabe que la situación se agravará porque la tendencia de la pobreza en el Perú va al alza.

El informe del INEI en cuanto a la “pobreza multidimensional”, es decir, la medición de la carencia o falta de acceso a la salud, educación, vivienda, empleo, energía, servicios básicos, etc., se destaca:

INDICADORPOBLACIÓN RURALPOBLACIÓN URBANABRECHA
Población con Carencia de Atención Médica36,3%30,9%5,4%
Estudiantes de Segundo Grado de Secundaria con Nivel no Satisfactorio en Lectura93,0%79,1%13,9%
Población en Viviendas con Hacinamiento11,7%5,7%6,0%
Población sin Agua Gestionada de Manera Segura97,5%67,8%29,7%
Subempleo de la Población 14 a 60 Años de Edad70,2%37,4%32.8%
Población Ocupada con Empleo Informal94,2%65,5%28.7%
Población de 6 y más años de Edad que no Hace Uso de Internet46,0%17,5%28,5%

Como se puede observar, la pobreza en las áreas rurales supera a las urbanas, es un resultado alarmante que deja una gran responsabilidad y ardua tarea por revertir tanto a las autoridades, como al pueblo en su conjunto.

El gobierno de Dina Boluarte ha hecho una interpretación burda y antojadiza en su intento de culpar a las protestas sociales de la pobreza. Mientras que el INEI ha expuesto como causas de la pobreza aspectos climáticos, el desempleo, la criminalidad, entre otros. Es decir, no se explica al pueblo las reales causas de la pobreza. Es evidente, que el ejecutivo como el INEI pretenden ocultar al verdadero culpable de la pobreza, que es, el sistema capitalista y su versión neoliberal, este último es un modelo económico que fue impuesto con la dictadura de Fujimori en los años 90, un modelo continuado por los sucesivos gobiernos derechistas y caviares, y que el gobierno de Pedro Castillo no pudo cambiar, pues apartó a Perú libre de su gobierno, y se dejó embaucar por los caviares y la  derecha conservadora, y finalmente arrojando al olvido los planes de cambios profundos en favor del pueblo propuestos por Perú Libre.

Rafael Correa redujo la pobreza multidimensional en 16,5% entre 2009 y 2015; es decir, 1,9 millones de ecuatorianos dejaron de ser pobres en seis años.

En 13 años Evo Morales redujo la pobreza de 60% al 34%, además el PBI aumentó en 4.9% y la UNESCO declaró a Bolivia como un país libre de analfabetismo.

En 8 años de gobierno Lula da Silva sacó de la pobreza a cerca de 30 millones de brasileños.

AMLO el presidente mexicano a puertas de terminar su mandato también ha logrado disminuir de la pobreza de 46.2% en 2014 a 36.3% en 2022 y la pobreza sigue a la baja en México.

Todos estos gobiernos de izquierda tienen en común el haber desterrado el neoliberalismo en sus países y haber implementado programas sociales y políticas para generar empleo, elevar los salarios, nacionalizar sus recursos naturales, etc. política económica recogidas en los 11 puntos económicos de Perú Libre denominada “Economía Popular con Mercados”.

(*) Secretaria de Profesionales Nacional del Partido Político Nacional Perú Libre.

Share