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ELECCIONES INTERNAS O DEMAGOGIA ELECTORERA

Vladimir Cerrón

Las elecciones internas se hacen supuestamente para promover la democracia interna en un partido político, sin embargo, esto no es más que demagogia. Su único fin es entretener al pueblo con falsos procesos “democráticos” que en nada amenazan al neoliberalismo y menos promueven la democracia al interior de la organización. Si el pueblo no estaría entretenido, podría ocuparse en pensar, conspirar y hasta derrocar al gobierno o al sistema.

En este año 2020, en el Perú se realizarán por primera vez las elecciones primarias o internas dirigidas por la ONPE, para garantizar una democracia que permita que los candidatos salgan de la expresión genuina de sus bases y no por decisión de las cúpulas partidarias. Suena bien.

Según argumentan, estas elecciones internas al tener su primera experiencia peruana servirán de piloto para futuros procesos, craso error porque unas elecciones en pandemia no es lo frecuente para servir como muestra. Este es el primer enigma que salta a la vista.

Se postula en un partido hasta tres fórmulas presidenciales, que competirán entre ellos, de lo que podemos inferir que cada uno tiene un plan de gobierno distinto del otro. Un absurdo. Esta competencia solo podría entenderse cuando las fórmulas se someten a un concurso de belleza y no a un programa político.

Proclaman que democráticamente en su organización hay dos o tres fórmulas presidenciales, obviamente los neófitos le creen. Llegado el momento de la inscripción, el personero legal del partido inscribirá solo la fórmula aceptada por la dirigencia máxima del partido, como ocurrió en UPP, o bloqueará a los otros contendores sometiéndolos a disciplina, como en el FA.

En la lista parlamentaria cada partido tiene hasta el 20% para poder designar o invitar candidatos sin elecciones internas, así el partido se reserva las mejores ubicaciones preferenciales. Los números no preferenciales se someten al proceso interno y se respetan las ubicaciones según el resultado para alardear de democracia.

En realidad, las listas y las ubicaciones potencialmente elegibles se determinan atendiendo a los intereses políticos de la organización, base social o clase social a la que representan, si realmente esta es una institución política y eso no está mal.

Habría que preguntarse cuántos millones de soles le significarán al país, en plena pandemia, esta parodia de las elecciones internas. Sin lugar a dudas, un espacio amplio para la corrupción.

Así, las elecciones internas devienen en una franca hipocresía electorera y no en un proceso democrático y, contrariamente, la elección por delegados es un proceso genuino que al aplicar el centralismo democrático determina sus candidatos representantes y consolida su organización.

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Por Vladimir Cerrón Rojas

Médico Cirujano, Especialista en Neurocirugía, Magíster en Neurociencias, Doctor en Medicina, Expresidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales - ANGR, Gobernador Regional de Junín, Secretario General Nacional del Partido Político Nacional Perú Libre.