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Rector o calzonudo

RECTOR O CALZONUDO

Vladimir Cerrón

He tenido la oportunidad de investigar, escribir y publicar, acuciosamente sobre los gobiernos rectorales de la Universidad Nacional del Centro del Perú, desde el gobierno de Javier Pulgar Vidal hasta el de Jesús Sánchez Marín, por tanto, tengo alguna autoridad para realizar un balance del impacto político de lo que significa el actual rectorado de Amador Vilcatoma Sánchez sobre nuestra comunidad.

Hace muchos años que la universidad peruana perdió su liderazgo en la sociedad peruana al pasar de un ente dinámico en la investigación, formación y proyección, a ser una institución paquidérmica e indiferente, sin el menor liderazgo, donde cualquiera puede ser autoridad y encomendarle nuestros destinos. Peor aún, estamos distanciados años luz para ser una institución líder que combine sus tareas con el deporte, la cultura y el trabajo manual.

La UNCP específicamente se ha desarrollado gracias a la izquierda y su lucha se resume en cuatro palabras: “Lucha Contra El Apra” y lo demostraré brevemente. Su creación en el año 1959, fue impulsada por las comunidades campesinas del sur, pero se funda con la Escritura Pública 371, donde los “intermediarios” Ramiro Prialé Prialé, Javier Pulgar Vidal, Jesús Véliz Lizárraga y Jesús Solís Rojas, se adjudican la institución en propiedad privada, usurpando la paternidad comunal.

Su nacionalización en 1962, fue una obra del Frente Estudiantil Revolucionario |FER|, que expulsó del rectorado a los apristas del sólido norte, Pulgar Vidal, Arroba Niño y Carranza Márquez; su reorganización, primer estatuto, cuentas saneadas, archivos legales y declaratoria de principios, los hizo el rector Efraín Morote Best.

La toma u ocupación del terreno “donado” por el empresario minero Benavides de la Quintana lo comandaron los rectores Adriel Osorio Zamalloa y Morote Best; la ciudad universitaria fue construida por el presidente Juan Velasco Alvarado, un gobierno nacionalista popular; la Facultad de Medicina Humana, la Escuela de Post Grado, la Facultad de Periodismo, las Especialidades de Inicial y Primaria y la Facultad de Ingeniería de Sistemas, fueron creadas el año 1990, por el rector Rodolfo Vizcardo Arce.

En este último tramo invocado, se tenía en mente crear las facultades de Derecho y Artes, pero la universidad fue severamente reprimida por el gobierno aprista de Alan García y su heredero político Alberto Fujimori, con el lamentable saldo de 250 estudiantes, entre asesinados extrajudicialmente y desaparecidos; 10 profesores; y, 15 trabajadores no docentes.

Últimamente, con la bancada de Perú Libre se logró destrabar la construcción de la infraestructura de la Facultad de Ingeniería Civil, se tramita la ampliación del terreno de ciudad universitaria, se logró la Compensación por Tiempo de Servicios, el nombramiento excepcional y la aprobación de la homologación para los docentes universitarios.

Después de la masacre en la guerra civil, los gobiernos rectorales de derecha retomaron el poder, confabulándose con Fujimori para el castramiento intelectual del estamento estudiantil al cambiar el currículo, lo que llevó a la universidad a convertirse en un “kindergarten”, ocasionando que la emprendida carrera de caballos termine en una parada de burros.

Es en esa parada, que encontramos a rectores como Amador Vilcatoma Sánchez, sin ninguna trascendencia en su mandato, sin liderazgo, sin misión científica, política, ni social, en la universidad. Es el típico rector que parió la posguerra vivida por el país en los años 80 y 90, el que no quiere meterse en “problemas”, quien les dice a los alumnos que la universidad solo sirve para estudiar, quien necesita esconderse en las faldas del Poder Judicial para ejercer sus tareas de oficio, el inconfundible pusilánime que se arrincona frente a un periodicazo de la burguesía para “quedar bien”, conducta del típico “calzonudo”.

Esta es la razón que asiste como insumo para entender por qué el rector Amador Vilcatoma está en contra de la creación de la Universidad Nacional Autónoma de Chupaca y de la Universidad Nacional de Jauja, además de despotricar el Ciclo Cero, que acaba con las mafias que han privatizado la educación en el nivel preuniversitario. Considera que todas afectan su feudo, del cual ahora se cree el Señor.

Es de conocimiento público que, por razones políticas, fui sentenciado el año 2019 por negociación incompatible, lo que trajo como consecuencia que, en aplicación de la ley universitaria, sea separado de mis labores de docente nombrado de la UNCP, así como es de conocimiento que el Tribunal Constitucional el 3 de diciembre de 2024 anuló la sentencia en todos sus extremos, motivo por el cual pedí mi reincorporación a la Facultad de Medicina Humana.

Esto fue seguido de una contracampaña mediática de los empresarios y banqueros que controlan su propia prensa, terminando por reducirle los niveles de testosterona al rector Amador Vilcatoma. Esto lo afirmo porque, según Asesoría Legal, el proyecto de resolución para mi reincorporación recomendaba declararlo fundado, pero el rector ordenó al asesor legal cambiar su informe para declarar lo contrario.

La justificación del rector, según mi fuente, fue: “¿qué dirá la prensa nacional? Además, no tengo plaza, ni presupuesto”, justificando en el extremo: “en las resoluciones que adjunta a su solicitud de reincorporación el juez no me obliga a reponerlo. Mejor esperemos una orden judicial para no tener problemas”. Pero algo tenía que decir la resolución denegatoria, no podía dejarse de responder, entonces decidió recurrir a medias verdades, que, en realidad, son falsedades.

Refiere, según los medios, porque hasta ahora no me ha notificado la resolución, que mi destitución nunca se impugnó, pero en caso extremo, no hubiese sido así, no es trascendente, para los efectos legales, pues la destitución se hizo aplicando la ley universitaria y fui separado por un caso extrínseco a la universidad.

Alega que en el registro web de SERVIR que aún me encuentro inhabilitado. Así sea cierto, una página web desactualizada no puede estar por encima de una resolución de la Corte Suprema de Justicia que levanta taxativamente la inhabilitación. Es más, en la misma web, existe el ícono para descargar por qué es la inhabilitación y es fácil confirmar que se trata de la misma sentencia anulada por el TC.

Finalmente, alega que tengo una prisión preventiva por el caso Dinámicos del Centro, cuando ni siquiera tuve una comparecencia restringida. Y, si así fuera, en el extremo, la ley universitaria faculta la destitución de la docencia solo en sentencia por delito doloso y no por prisión preventiva. Esta es la mayor aberración jurídica. Aquí lo único firme es la pusilanimidad del rector.

Impugnaré la resolución, que sorprendentemente fue filtrada a la prensa, reafirmando su carácter mediático y político. El tema es claro, fui destituido por una sentencia judicial en mérito a la ley universitaria, la misma que hoy está anulada, por lo que debo ser repuesto con la misma norma.

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Por Vladimir Cerrón Rojas

Médico Cirujano, Especialista en Neurocirugía, Magíster en Neurociencias, Doctor en Medicina, Expresidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales - ANGR, Gobernador Regional de Junín, Secretario General Nacional del Partido Político Nacional Perú Libre.

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