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Análisis al mensaje presidencial de Martín Vizcarra

Vladimir Cerrón

El Presidente comienza su discurso haciendo loas a la independencia del Perú y señala como fecha el 28 de julio de 1821, cuando en el plano histórico real la independencia fue solo un arreglo político, un episodio vergonzoso, no hubo batalla para luchar nuestra libertad. Los negros seguían siendo esclavos y los indios seguían pagando tributo indígena, en su patria. Puede hablarse de un bicentenario de la proclama, pero no de la independencia. Los terratenientes seguían siendo los mismos.

Continúa mencionando que el Perú ha superado muchas crisis en su historia, cierto, pero no por esfuerzo de la burguesía, sino del propio pueblo peruano, de las clases más desposeídas, como ahora se baten en esta pandemia de la cual el Estado prácticamente ha renunciado a la misma.

En la lucha anticorrupción su mensaje no podía ser más débil que los anteriores por los cargos imputados respecto a la contratación de amigos y familiares en el estamento gubernamental, pero también en el privado, incluyendo al hermano que facturó 13 millones de soles a la empresa minera Southern Perú con C y M Vizcarra. Ha mencionado ejemplos de antaño en esta materia, pero no habló de la corrupción a gran escala que involucra al Ejecutivo como la corrupción en la PNP, Ministerio Público y el Poder Judicial, menos se prometió una reforma o reorganización. Finalmente proclama no más impunidad para los políticos, pero se aferra a la inmunidad presidencial y defiende la misma de otros fueros.

En el plano social destacó que se ha reportado mayor agresión a las mujeres dentro del hogar en esta pandemia, mayor número de violación a las menores de edad por la propia familia, sin reconocer que a esto ha coadyuvado la reclusión obligatoria y prolongada que en algunas regiones es indefinida. Dijo que se han emitido normas legales para eliminar la cultura machista pero no reconoce que la misma no se puede erradicar por decreto o ley, el gabinete ahora es más machista que el anterior, hasta racista, no menciona que todo parte la educación y la cultura de un país. No hay un sinceramiento en el número de fallecidos por el Covid, hoy el MINSA reconoció que son 25 mil, pero por fuera de la prensa internacional.

No hay política efectiva respecto a la vivienda, millones de hogares no tienen saneamiento de agua y desague y las viviendas que se han construido son en realidad del sector privado, subsidiado por el Estado que el Presidente no reconoce. El Ejecutivo cree que la formalización del predio es lo ideal para salir de la pobreza, a lo Hernando de Soto, como si el predio en Cerro Camote valdría igual para un crédito que el terreno de San Isidro. En este sector la reconstrucción del Norte es la prueba más grande de la ineficiencia de la política neoliberal, incluso Pisco que hasta ahora no está reconstruido.

En el plano educativo el Presidente refiere que se ha incrementado el presupuesto, se ha mejorado la infraestructura y el equipamiento, además del estatus del maestro, pero no esto es incongruente con la deserción escolar preocupante y con la negativa de elevar el gasto en educación al 6% del PBI. La educación superior se aleja del pueblo con esta pandemia.

En el plano económico la reactivación económica solo fue para los ricos, los subsidios se priorizaron para la oligarquía bancaria y financiera, al pueblo se le impidió al inicio hacer uso de sus fondos de AFP y ONP. En realidad, la crisis solo ha sido una oportunidad para los más ricos del país quienes se beneficiaron de los subsidios y no pagarán los préstamos como siempre, las MYPE seguirán mendigando y el pueblo seguirá explotado. El Presidnete manifestó que el Estado dio 5 mil millones en bonos para un promedio de 6 millones de hogares, pero no dice que los 60 mil millones (8% PBI), fue a parar a manos de los banqueros, dueños de financieras, clínicas, universidades, estudios de abogados, etc, es decir, para 17 familias que componen el sector de los más ricos del país.

Manifiesta también que existen 48 proyectos mineros, en 17 regiones, como Toromocho, Yanacocha, Quellaveco, etc., pero no se mencionó Conga, La Tapada y Tía María, pero que se sobreentiende que impulsarán su explotación.

Anunció lucha antimonopolio, pero eso solo es un anuncio, el neoliberalismo vive de ello, en detrimento de las empresas nacionales, permitiendo dumping, concertación de precios, exclusividad en el mercado. Si realmente se quiere cambiar, debe cambiarse la Constitución o por lo menos el artículo 62, pero el Presidente se ha declarado defensor de la Economía Social de Mercado.

Tangencialmente se dejó entender que la gestión en los gobiernos subnacionales es mediocre, pero no menciona que gestión nacional tiene menos inversión que el promedio de los gobiernos regionales, igual las obras paralizadas son en promedio 64%, mucho mayor que en los gobiernos subnacionales.

En el plano sanitario no evidenció ni anunció un plan nacional para vencer la pandemia, al parecer la esperanza está centrada en la inmunidad de rebaño, pero a un altísimo costo, con muertos que pueden sobrepasar el número del conflicto armado interno. Se niegan a reconocer y establecer un programa de atención primaria potente que es la clave para derrotar la pandemia. El problema no es tener más UCI, sino que los pacientes no lleguen a UCI. Se anuncia 1500 camas UCI, gran error, porque la pandemia se derrota fuera y no dentro del hospital.

El modelo aplicado ha demostrado fracaso porque solo llegaron al cumplimiento del 48% de las metas. Manifiesta que si no fuera por las medidas hubieran muerto más peruanos, es cierto, pero lo ideal es que no mueran como en otros países, vamos por 48 mil muertos, no nos puede alentar nuestra incapacidad de reconocer la ausencia de atención primaria. Tristeza de muchos, consuelo de tontos, reza el refrán.

El Estado solo se carga a la espalda la lucha contra el coronavirus, no es un esfuerzo conjunto como el Presidente lo manifiesta, el sector privado no se compromete como debe. lo hizo. Pero aun así, refiere que el 70% de los peruanos se han recuperado, pero olvidó decir que fueron por sus propios medios, porque ese porcentaje nunca estuvo internado, estaríamos hablando de un promedio de 5 millones infectados que no es comprobable.

El gobierno se sigue adjudicando obras ajenas, dice haber construido varios hospitales en las regiones, como IREN Centro en Junín, que nada tiene que ver con este gobierno, es más este hospital se terminará de pagar el 2025 con el canon de Junín, por esa razón este departamento está desprovisto del mismo.

Los médicos, policías, militares, han muerto por cientos y se le rinde homenaje, es correcto, pero los que más han muerto son miles de miles obreros y el Presidente no dice nada. La salud mental y la geriátrica estatal no existen en el país, porque no es rentable para el Estado neoliberal, porque estos pacientes al ser abandonados por sus familias lo perciben como una carga económica. Se sigue mal utilizando la anemia como indicador para evaluar la potencialidad en salud pública, pues el indicador ideal es la mortalidad infantil la que define la calidad en un país.

El Presidente refiere que hay dos sistemas que salud bajo lógicas diferentes (Minsa y EsSalud), pero no son los únicos, olvida los seguros de las FFAA y FFPP que son denigrantes y un asalto a sus trabajadores. Menciona que tiene la idea de unificarlos, pero eso solo será posible si EsSalud deja de ser un fondo privado y deja de estar tercerizado al libre mercado.

En el plano Internacional no hay mea culpa del Presidente que el Perú está en primer lugar en Sudamérica en muertes por millón de habitantes, 541/1000000 hab. Ha manifestado que otros estados estarían “ocultando” sus cifras porque su conteo lo realizarán al final de la pandemia y ha inferido que nuestras cifras son totalmente transparentes, cuando a todas luces se sabe que o y es el escándalo de estas últimas 72 horas. No ha explicado las causales neocoloniales del país que le han impedido adquirir Interferón Recombinante Humano 2B a Cuba. Hay negativa de comparar resultados de Cuba, Nicaragua y Venezuela, en las estadísticas oficiales, cuando sumados los muertos de estos países no sobrepasan los 200.

En el plano laboral no habló de la desprotección total de los trabajadores, más de 2 millones de peruanos perdieron sus empleos, sobre todo en el área privada. Los nuevos puestos de trabajo que promete corresponden al sector privado, el Estado no tiene nada que ofrecer, el objetivo es hacer al peruano privadodependiente, para que sea un peón que defienda tal inversión y contradictoriamente su propia explotación.

En el plano de la descentralización no se habló de una nueva modalidad de golpe de Estado a la descentralización con la intervención de sus sistemas de salud, cuando en realidad, no pueden ni con Lima en sus narices. No hay anuncios relevantes, prácticamente nada.

En el plano político las seudoencuestas le han hecho daño al Presidente que no logra tener una visión real del país, las mismas han generado la sensación de que estamos por el camino correcto cuando vamos al abismo en la lucha contra la pandemia. Por otro lado, el Presidente ha anunciado que convocará a los partidos políticos para llevar adelante las reformas, pero no ha dicho si lo hará con los que tiene representación congresal o no, pese a presidirlo un Presidente sin partido.

En el plano medioambiental, no h reconocido que el neoliberalismo es la causa de su destrucción, ha preferido cargarle la responsabilidad a todos os habitantes del planeta, que no deja de tener razón, pero no es el principal. El planeta ha llamado la atención al neoliberalismo, no al mundo en general. Ha hecho relevancia de la ley y reglamento del plástico de un solo uso, pero no ha dicho que no se cumple y por ende es un fracaso total.

En el plano de transporte el Presidente anunció la construcción de la nueva Carretera Central, pero ¿por qué ofrecer algo que no tiene ni siquiera un expediente técnico en marcha?, además sabe que no alcanzará su mandato ni para iniciarla.

En el plano electoral anunció su retiro en un año, pero no dejó claro desistir de una reelección que el Estado lo faculta hasta ahora.

Como corolario y balance final podemos decir que el último Mensaje a la Nación del presidente Martín Vizcarra ha sido vacío, intrascendente y que ha perdido una oportunidad grandiosa para hacer una autocrítica que nos permita enrumbar con claridad nuestros destinos.

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