II CONGRESO NACIONAL DE FILOSOFÍA
CUSCO – PERÚ (1986)
Jaime Cerrón Palomino
Resumen.
Los intentos más serios por construir una Historia de las Ideas y/o una Historia de la Filosofía en el Perú (Salazar Bondy, Sobrevilla, etc.) por motivaciones de orden perjudicial no consideran el desarrollo del movimiento obrero en el Perú y por ende el influjo que el proletariado ha tenido en la gestación de las ideas representativas en pro de las fracciones de clase marginadas del escenario político.
Las posturas asumidas primero por Manuel González Prada y luego por José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre, fueron y son solo el reflejo del estado de desarrollo de la clase obrera en el Perú, clase que, en un primer instante estuvo absorbida por completo por las ideas anarquistas y anarcosindicalistas, y después atraía hacia el marxismo, para luego resultar ser seducida infructuosamente por tendencias eclécticas perniciosas, entre ellas por el relativismo.
Del mismo modo que en los países de formación económica-social capitalista, el marxismo fue enfrentado con un abanico de filosofías de corte capitalista, en el Perú, país dominado económica y culturalmente por las metrópolis imperialistas, que irradió el pensamiento pro-capitalista, a través de intelectuales orgánicos, con miras a frenar no solo el despertar de la clase obrera, sino de prolongar el estado de postración de la sociedad en su conjunto.
Una legítima historia del desenvolvimiento de las ideas filosóficas en el Perú no debe presentar su contenido al margen de la lucha ideológica que opera no solo en los claustros universitarios, sino también en los senos de los partidos políticos, sindicatos, municipios y organizaciones sociales diversas.